Tengo una nostalgia terrible por el buen periodismo, pero no sólo por eso, quizá también por aquellos tiempos en que ser una persona decente era garantía de un paso placentero por esta vida, también por aquellos mis sueños sesenteros de un país mejor.
La semana pasada en Madrid le entregaron el premio “Ortega y Gasset”, al equipo periodístico mexicano de “Animal Político” que desentrañó y dio a conocer la estafa maestra que involucra a 11 dependencias del gobierno, 8 universidades públicas y 50 funcionarios.
Miles de millones de pesos, siete mil 760, para ser exacta, que fueron desviados en detrimento de la población más vulnerable de México. En esa estafa participaron Radio y Televisión de Hidalgo y Universidades Públicas de la entidad.
Dice el diario español “El País”. “Una investigación que debió sacudir a México, pero no lo hizo”. A su vez Nayeli Roldán una de las galardonadas con el Ortega y Gasset, señala: “No se trata de una manzana podrida, se trata de un sistema perfectamente engranado por la corrupción”.
Así es, el descubrimiento de éste robo por parte del gobierno de Peña Nieto y sus cómplices, debió haber cimbrado al país entero. Dice la intelectual española, Cristina Fallarás, que no pasa nada en éste tipo de sistemas, como el mexicano y el español, porque los medios de comunicación nos han hecho partícipes de estos crímenes con el relato que nos hacen y que nos tragamos como si fueran pastillas de limón.
¡Miremos pa’ delante, aquí no pasa nada!
Y adivinen que, ¡sí pasa y pasará!, de entrada habrá más gente pobre en México, y me estoy refiriendo a usted o a mí,, menos oportunidades de salir adelante, todo será más caro, la brecha entre ricos y pobres se hará más profunda, la mayoría de las y los mexicanos terminaremos sosteniendo palaciegos trenes de vida de una minoría y aparte de todo ¡nos lo echarán en cara!.
¡Ustedes que no se pusieron abusados!, ¡ustedes que votaron por nosotros sabiendo cómo somos!, ¡ustedes que están hasta la cola!, ¡ustedes que lo permiten!, ¡ustedes que son lxs sacrificables!, ¡ustedes, ustedes…!.
Por eso me congratulo del codiciado premio que obtuvieron Nayeli Roldán, Manu Ureste y Miriam Castillo.
Coincidió que ésta misma semana vi la última película de Steven Spielberg, “The Post”, el relato sobre cómo los principales periódicos de Estados Unidos lograron que la libertad de prensa, se impusiera sobre los designios del poder económico y político de Washington, a finales de los años setentas.
Mire ya se había hecho una versión cinematográfica de éste suceso, lo que me gustó mucho de ésta de Spielberg es que relata el importante papel que en toda esa trama tuvo la editora y dueña del diario Washington Post, Katharina Graham.
Inmejorable la escena cuando eufórico el periodista Ben Bradlee le dice a su esposa que publicarán las investigaciones del Pentágono y ella dice: “¡que valiente!”, refiriéndose a Katharina, él se indigna, ¡pero si yo podría perder el trabajo!, sí pero ella ¡podría perder todo, incluso su libertad!
En fin, una zaga periodística que por supuesto le recomiendo, se dedique o no al periodismo. Entenderá el porqué de mi nostalgia, sólo lo quería compartir con ustedes.