Las altas temperaturas ambientales que se sienten el los últimos años, lo mismo que agresivos inviernos en algunos lugares del planeta, sucesos insólitos y extraños pues muy pocas veces se habían dado. Estos cambios climáticos acostumbran a vagabundear en el amplio universo posibilidades para disminuir los estragos ocasionados por el hombre a la Madre Tierra.

La destrucción del medio ambiente es un hecho trascendental, originado desde que el hombre tuvo la visión de sacarle provecho económico a la misma naturaleza, sin embargo, son más significativas las actitudes de contadas personas para afrontar la desgracia que afecta a la sociedad en su conjunto. La preocupación de la catástrofe causado a la naturaleza es preocupación de individuos, también de Instituciones supranacionales, como lo es la Organización de las Naciones Unidas. Por eso, en la Asamblea General de las Naciones Unidas determinaron en diciembre de 1972, dedicar al Medio Ambiente el día 5 de junio a partir de 1974.

La desgracia hecha a la naturaleza fue prevista por Noah Sealth, jefe de la tribu Suwamish, al dirigir una misiva muy conmovedora al presidente de Estados Unidos en 1854, en respuesta a esa petición Franklin Pierce propuso comprarles sus tierras y recluir a este grupo étnico en una reservación. El “jefe Seattle” le contesto: “Los ríos son nuestros hermanos y sacian nuestra sed; son portadoras de nuestras canoas y alimentan nuestros hijos. Sí, les vendemos nuestras tierras, ustedes deben recordar y enseñarles a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos y también lo son suyos y, por lo tanto, deben tratarlos con la misma dulzura con la que se trata a un hermano.” Consejo que no se tomó pues el interés de quienes compraron la tierra, no fue sólo para subsistencia, sino también con fines de lucro. La venta se realizó en 1855 con el tratado de Point Elliot.

La petición de cuidar la naturaleza fue ignorada, porque ríos, montañas, mares, flora y fauna han perdido el valor espiritual para adjudicarle valor utilitarista. El lenguaje mercantil sustituyo el valor psíquico, sentimental. Se ha olvidado el nombre de la Madre Tierra y este ha sido reemplazado simplemente por planeta tierra. Madre es expresión espiritual, por ello, la progenitora se le brinda respeto por ser quien otorga la vida, desde la visión del gran jefe: “la tierra no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la tierra. Esto sabemos: todo va enlazado, como la sangre que une una familia. Todo va enlazado. Todo lo que ocurra a la tierra les ocurrirá a los hijos de la tierra”.

Algunas mentes infantiles han descubierto el gran mal que ha sido heredado por las las generaciones adultas, en voz de una ellas de origen canadiense de nombre Severn Zuzuki de apenas 12 años,   representante del grupo Environmental Children Organization (ECO), Organización de niños para el cuidado del medio ambiente,  acudió con gastos recabados a la ayuda de Vanessa Suttie, Morgan Geisler, Mihelle Quigg y ella para  acudir a  Río de Janeiro, Brasil en 1992, ante presidentes y jefes de estado expresó:

Recaudamos nosotros mismos el dinero para venir aquí, a cinco millas, para decirles a ustedes, adultos,  que deben cambiar su forma de actuar. Viniendo aquí hoy, no voy a ocultar mi objetivo; estoy luchando por mi futuro. Perder mi futuro no es como perder unas elecciones o puntos en el mercado de valores. Estoy aquí para hablar en nombre de todas las generaciones venideras. Estoy aquí para hablar en defensa de los niños hambrientos cuyo llanto es ignorado por todo el mundo. Estoy aquí para hablar de los incontables animales que mueren en este planeta porque no les queda a donde ir”.

El vehemente discurso continúo: “Aún soy sólo una niña, y sé que todos estamos juntos en esto, debemos actuar como un único mundo tras un objetivo único”. El objetivo de cuidar la Madre Naturaleza, corresponde a niños, adultos, gobernantes; todos tenemos la obligación moral de proteger nuestro hábitat. El cuidado inicia desde depositar la basura en su lugar, evitar envolturas y frascos de plástico, no quemar la basura, usar filtros en las industrias; entre otras medidas.

A veces, la responsabilidad se endosa a terceras personas, el compromiso también nos corresponde, he aquí las palabras de Mario Molina: “Los científicos pueden describir el problema que afectara al medio ambiente basándose en la evidencia disponible. Sin embargo, su solución no es la responsabilidad de los científicos, sino de la sociedad en su totalidad”; Mario Molina es Premio Nobel de Química 1998, orgullosamente mexicano.

Apreciada leedora y estimado lector, es de vital importancia sembrar la inquietud de participar en el cuidado de nuestro entorno natural, el descuido y maltrato que se le ha dado ya esta cobrando vidas humanas a su vez aumenta las enfermedades degenerativas, Gabriela Mistral poetisa legó la siguiente pieza con el título a: Un sembrador.

 

 

“A un sembrador

Siembra sin mirar donde cae el grano.

Estas pedido si consultas el rostro de los demás.

Tu mirada invitándolos a responder, les parecerá una invitación a

alabarte y aunque estén de acuerdo con tu verdad, te negaran por

orgullo la respuesta.

Di tu palabra y sigue sin volver el rostro.

Cuando vean que te has alejado, recogerán tu simiente.

Tal vez, la besen con ternura y la lleven a su corazón”.