El almacenaje de 80 mil toneladas de llantas en un predio de Tula, destinadas a alimentar los hornos de la cementera Cruz Azul, no representa ningún riesgo para la seguridad de la población ni la preservación del medioambiente, aseguró en Pachuca el director de Relaciones Internacionales de la Cámara Nacional Cementera (Canacem), Luis Guillermo Colín Villavicencio.
El empresario subrayó que estudios realizados por autoridades ambientales han demostrado que el simple almacenamiento de las llantas no causa daños ambientales, y prueba de ello, son los permisos oficiales con que cuenta Cruz Azul para este almacenamiento.
Aceptó sin embargo, que mayúsculo sería el daño ambiental en caso de producirse un incendio en este predio que consumiera los neumáticos ahí acumulados, pero aseguró que la cementera cuenta con todo un protocolo para atender una contingencia de este tipo.
“Estas empresas –las cementeras-, al tener acumulados productos de este tipo, tienen todos los planes de manejo de contingencias para poder tener controlados los riesgos”.
Las autoridades federales, subrayó, difícilmente autorizan el almacenamiento de este tipo de productos si no se cuenta con esos protocolos de manejo de posibles contingencias.
Negó que Cruz Azul guarde neumáticos en este predio, y explicó que “los utiliza como combustible en su planta”.
Aseguro igualmente el empresario desconocer la existencia de la asociación México, Comunicación y Ambiente, la cual presentó hace unas semanas una denuncia a la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proespa), por el riesgo ambiental que representa este almacenaje de llantas.
“Nosotros como Cámara del Cemento sólo sabemos de la nota que apareció en los medios; no sabemos la procedencia de esa ONG –organización no gubernamental, hoy denominadas Asociaciones de la Sociedad Civil-, ni qué intereses específicos tenga”.
De igual manera negó que la cementera se haya acercado a la cámara a tratar este tema, el cual aseguró, “ellos como empresa están desahogando”.
Subrayó el representante de la Canacem que en estos casos las empresas ventilan individualmente sus asuntos, y sólo cuando se considera que el problema podría replicarse en otras empresas afiliadas, entonces interviene la cámara.