Cuando un clásico tan amado como Jurassic Park se convierte en una franquicia, siempre existe la posibilidad de que su fórmula se desgaste y pierda la capacidad de asombro como la que tuvo la primera parte, que logró convertirse en parteaguas de los blockbusters de los noventa.

Han pasado 25 años desde la primera cinta basada en la novela de Michael Crichton, y que ha tenido 3 secuelas, y que este fin de semana añade una más a su saga con “Jurassic World: El Reino Caído”, quinta película de este universo jurásico que fue dirigida por el director español Juan Antonio Bayona.

Este es el primer blockbuster, y la cuarta película en la filmografía de Bayona, de quién podrás recordar películas como “El Orfanato”, “Lo Imposible” y “Un Monstruo Viene a Verme”.

El guion, escrito por el director de la anterior entrega, Colin Trevorrow, nos cuenta lo que sucedió después de la destrucción de Jurassic World, donde la Isla Nublar se encuentra a punto de la destrucción por la actividad volcánica del lugar.

Esto provoca en el mundo una división social, mientras que unos apelan a que desaparezcan los dinosaurios de una vez por todas, Claire (Bryce Dallas H.) y su grupo activista, con la ayuda de un filántropo y de Owen Grady (Chris Pratt) buscarán rescatarlos de su extinción definitiva.

Aunque el guion no explora nuevas temáticas dentro del universo, si se enfoca a un conflicto más profundo, no solo sobre el respeto a la vida y el rescate a especies en peligro de extinción, sino también al interés político y económico que puede rodear a este tema, así como el de la ciencia a favor del mismo, así como una exploración sobre la identidad y el papel de los personajes dentro de un conflicto como este.

La película define bien sus tres actos, distribuye bien su ritmo en sus 130 minutos de duración y fluye más allá de un blockbuster promedio.

El gran secreto para este buen resultado en lo que pudo ser una secuela más genérica y olvidable, es su director. Bayona pese a su corta carrera, imprime su sello en la franquicia con su talento.

El manejo de cámara, el desplazamiento de la misma que marca el ritmo de las tomas, la narrartiva, la puntual dirección actoral y el trabajo de Oscar Faura, fotógrafo de cabecera de Bayona, hacen que esta secuela tome identidad propia sin copiar a estilos como el de Spielberg o del mismo Trevorrow.

Sí, no se puede negar que resultan evidentes incoherencias narrativas al llegar a su tercer acto, pero es de esas pocas veces en las que como espectador te puedes entregar a “la emoción del momento” y ceder al deleite visual y narrativo que el español ejecuta con maestría, misma que no suele verse en este tipo de cintas.

“El Reino Caído” no solo supera a su antecesora, sino que marca un parteaguas en la franquicia gracias a la visión fresca de su director y deja la puerta abierta a una saga más madura y antojable, como lo hiciera Matt Reeves con la actual reinvención de El Planeta de los Simios.

¿Ya viste la película? ¿Te gustó?

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