María Antonieta Domínguez Ayala, coordinadora de la Casa de la Tercera Edad del Sistema DIF Hidalgo, reveló que en la casa existen 81 residentes, que van de los 58 a los 104 años de edad, quienes reciben atención especializada y se les brinda actividades, recreación y fuentes de empleo, lo mismo que se les atiende de enfermedades propias de su edad, como depresión, demencias, padecimientos cardiovasculares y accidentes cerebro-vasculares.

La doctora dijo que es muy importante contar con estas donaciones pues son de gran ayuda para la Casa de la Tercera Edad pues este centro asistencial alberga a 81 residentes actualmente, con cupo para 90, donde se quiere resignificar el concepto de las personas mayores, generar esas redes de apoyo para tener mayores beneficios para este sector.

Destacó los 400 kilos de ayuda de productos no perecederos, a través de la empresa Fit And Pregnant, y con el gran apoyo de Pachuca, Ciudad del Conocimiento y la Cultura, la Secretaría de Planeación y también con el gran apoyo del Seguro Popular.

Los 81 residentes tienen edades que van de los 58 a los 104 años de edad, pero dijo que la verdadera definición de adultos mayores es por medio de la Organización Mundial de la salud, que los sitúa en personas de 65 años y mayores.

Domínguez Ayala refirió que en anteriormente, el concepto de los asilos era de lugares de abandono y no muchas visitas, de gente que no tenía familia o apoyo social, lo cual ha cambiado, pues el gobierno que encabeza Omar Fayad y su esposa Victoria Ruffo, presidenta del Patronato del DIF estatal, quiere dignificar el concepto de las personas adultas mayores.

Quieren hacer estos lugares, un lugar de cambio, de reposo, donde podamos trabajar la familia, las personas mayores y nosotros como institución, las nuevas historias que se están escribiendo en Casa de la Tercera Edad son de ese concepto, son grandes historias, con una gran esfera de apoyo, y así es como estamos trabajando”.

Explicó que llega la persona, observan sus necesidades, ven si cuentan con el apoyo de sus familias para que ellos tengan una mejor calidad de vida y sus familiares estén tranquilos y seguros de que están en un gran lugar de atención.

Contamos con gente especializada en atender a este sector, y nosotros como institución brindamos todos los apoyos a los residentes”.

No obstante, reconoció que las enfermedades que afectan con mayor índice a los habitantes de la casa, son en primer lugar la depresión, y en segundo lugar las demencias, el deterioro cognitivo, las enfermedades cardiovasculares, “pero estando luchando contra la principal de todas, la depresión”.

Por ello, buscan que a esta edad las personas cuenten con fuentes de empleo, espacios adaptados para ellos, con recreación, pero sobretodo, que en su salud cuenten con un diagnóstico adecuado y oportuno.

Dependiendo de sus patologías, las actividades que desarrollan los residentes son terapia física, terapia ocupacional, terapia cognitiva, “contamos con un gran apoyo, que son todos los prestatarios de servicios y prácticas profesionales de las diferentes escuelas, y se han desarrollado programas para beneficiarlos, de acuerdo a la patología, para no tener síndrome por reposo prolongado, úlceras por presión y estar trabajando con el deterioro cognitivo”.

Detalló que la alimentación también es una parte muy importante, por lo que estaban muy complacidos con la donación de productos básicos, “este es un centro asistencial donde se proporcionan 3 comidas, y dos colaciones todos los días”.

En el tema de la depresión, dijo que los médicos deben ser muy sensibles, pues la depresión en las personas de 65 años y más es un estado atípico, pues normalmente no presentan los síntomas comunes de un adolescente o un joven, “en las personas mayores la depresión es atípica y por ahí lo difícil del diagnóstico. Normalmente una persona mayor no lo va a expresar, para no preocupar a su familia o a las personas con las que convive, y se va callando y se va callando”.

Por eso, indicó que ellos deben hacer unas escalas de valoración para detectar si ellos tienen depresión o no, y saberlo manejar.

En los padecimientos de demencias, mencionó que las más comunes en esta casa es el Alzheimer, estimando que en el 2050 se espera un gran impacto, porque se espera que 1 de cada 4 personas tenga ese tipo de demencias, por lo que se tiene que capacitar a los médicos y a la población, hacer ejercicio y detecciones, pues el grueso de la pirámide poblacional en 2050 lo ocuparán las personas mayores, que son las que actualmente están en edad productiva.

En cuanto a las defunciones en la casa, dijo que son 8 personas al año las que registran en promedio debido a patologías crónicas, como las cardiovasculares, pero las que mayores consecuencias tienen son las cerebro-vasculares, como las isquemias, las trombosis y las hemorragias cerebrales, cosa que debe combatirse desde los 50 años, empezando a cuidar la alimentación y fomentar el ejercicio.

Por el contrario, al año se registran el ingreso de 20 o más personas, pues se tiene una gran lista de espera, porque las personas se quedan a vivir en permanencias de tiempo completo, “a veces la lista de espera es grande”.

Reconoció que de los residentes, más del 40 por ciento ya no contaron con una red de apoyo social y familiar, por lo que en la casa son los responsables de que tengan todo para una gran calidad de vida, pues incluso, hay quienes superados los 70 años de edad, encuentran pareja y el amor en este lugar.

Invitó a la sociedad civil, a las empresas socialmente responsables y a las organizaciones que quieran apoyar, acercarse a no solo a esta casa, sino a todas las instituciones asistenciales del DIF, a tocar la puerta para dar apoyo y generar acciones de corazón.