Con el arranque del período vacacional de verano, la venta de pastes, el platillo más consumido por turistas y visitantes, ha entrado en una aguerrida competencia en los más de 150 puestos instalados a lo largo de la carretera Pachuca-México.

Grandes mantas anunciando precios que van de los siete a los 14 pesos la pieza, que ofrecen un paste gratis en la compa mínima de 10 piezas, o que ofrecen con precio especial nata, crema de leche de vaca o quesos, se observan a lo largo del tramo comprendido entre la colonia Carlos Rovirosa y poblado de San Pedro.

La popularidad de esta empanada de origen inglés –Pachuca es Paste, se lee en una manta-, ha propiciado que en los últimos 10 años se multipliquen los puestos con venta de pastes a lo largo de la principal vía de acceso y salida de la ciudad.

En este tramo de carretera se ubican sucursales de las más famosas casas de pastes, como Pastes Kikos, El Minero, Pasteko, El Duke, entre otros, con más de una cada empresa, se suman a los pequeños establecimientos que ofrecen esta empanada  y que tienen sugerentes razones sociales como Real Paste, Pastes Minero, Pastes La Mina, entre varios más.

En sus mantas de aviso, las pasterías tradicionales compiten no solo en precio, sino asegurando ofrecer “el auténtico paste”, el “paste tradicional” o el “auténtico paste inglés”.

Llama la atención de los observadores que en pequeñas pasterías se ofrezcan las piezas en siete pesos, mientras que en las de cadenas famosas los precios van de los 14 a los 18 pesos.

Algunos pequeños establecimientos limitan su oferta a las tradicionales empanadas de carne molida o de pollo con papa; frijol con chorizo, mole verde y rojo, además de rellenos de arroz con leche, piña o manzana.

En contraste, las cadenas de tiendas de pastes incrementan su oferta con algunas variedades que rayan en lo exótico, como los pastes de camarones, de pescado, de tamal o de pay de queso.

Algunas de las grandes tiendas de cadena cuentan con amplios espacios de estacionamiento y a ellas llegan autobuses cargados con turísticas que compran grandes volúmenes, mientras muchas pequeñas cuentan con “viene viene” que con una franela en ristre invitan a los conductores a acercarse.

La afluencia de vacacionistas a estas tiendas, de viernes a domingo, principalmente, origina entorpecimiento vial en ese tramo carretero, por quienes desean llevar este alimento tan tradicional de Pachuca como “recuerdito” de su visita.