En la columna anterior planteaba la viabilidad de una “Revolución científica” en nuestro país. Si analizamos resultados de la participación de México en la copa mundial de fútbol a lo largo de la historia de la misma, queda claro que para nuestra selección nacional, el balance es francamente desalentador. Algunos han invertido mucho dinero en esta actividad deportiva en la cual, simplemente no somos competitivos. Afortunadamente hay otras disciplinas en las que nuestros jóvenes son altamente exitosos.
En las olimpiadas de Física y Química, nuestro país ha tenido participaciones mucho muy relevantes. Las estadísticas recientes son muy alentadoras (REF1, REF2). Recientemente también, se han obtenido muy buenos resultados en la olimpiada de Matemáticas. Lo mismo puede decirse sobre las competencias internacionales en robótica (REF3), donde los jóvenes mexicanos han tenido brillantes participaciones.
Existe un prejuicio muy extendido sobre lo «poco redituable» que resulta invertir en Ciencia y Tecnología. Sin embargo, ejemplos como el del físico y matemático James Simons, que se convirtió en uno de los «Quants» (inversionistas con formación universitaria en ciencias) más exitosos de los últimos tiempos en Wall Street, desmienten ese prejuicio (REF4).
Nuestro país está cambiando. El CONACYT se reestructurará en breve. En el Programa educativo de Física y Tecnología avanzada en la UAEH donde trabajo, tenemos claro que, además de enseñarles a resolver las ecuaciones de Maxwell y Schroedinger, deberemos también enseñar a nuestros estudiantes como detectar buenos temas de investigación que tengan un alto impacto en la economía de nuestro país.
El CONACYT apoyará los proyectos mas viables y, eventualmente se espera que las investigaciones puras y aplicadas converjan en temas relevantes desde la perspectiva económica y financiera. En otras palabras, se deberá invertir en los proyectos que realmente aporten dinero al país, sin descuidar, por supuesto, las investigaciones en Ciencia básica. Deberemos de ser muy cuidadosos para detectar cuáles son esos grandes temas de investigación, que guiarán el destino del país.
Estoy convencido de que podemos tener un rápido crecimiento económico si se toman las decisiones correctas. Como profesores investigadores, tenemos la obligación de proporcionar a los jóvenes, sólidas bases teóricas y prácticas para que tengan éxito en sus estudios de posgrado y que eventualmente, sepan integrarse a equipos de trabajo multidisciplinarios, aportando su propia formación y experiencia. El resto de la historia lo contarán ellos, las nuevas generaciones. El futuro de este país pronto estará en sus manos.
Twitter: @Cs8Soto