Esfuerzos desesperados por “estirar” al máximo el gasto frente a los encarecidos precios de los alimentos, realizan madres de familia, las que hacen notar que de vacaciones en casa, los niños y niñas “comen más, se estiran, suben de peso, pero el dinero no alcanza”.

En su peregrinar por los mercados y la Central de Abastos, cual “patitas”, las amas de casa se enfrentan a un pollo encarecido, cuyos precios van de los 42 a los 46 pesos el kilo por pieza completa, y de los 68 a los 80 pesos el kilogramo de pechuga

“La gente sólo compra la carne que se comerá en el día y apenas lo suficiente”, asegura al respecto el presidente de la Federación de Tablajeros de Hidalgo, Jesús Gutiérrez González.

Y no es para menos, si se considera que los precios de la pulpa “popular” ronda los 130 pesos el kilogramo; el bistec de res, los 150 pesos en promedio, e incluso cortes como el hígado se venden en 80 pesos el kilogramo, mientras que el chicharrón alcanza los 160 pesos el kilo, mientras que el salario promedio diario en Pachuca es de 120 pesos.

Normalmente hago albóndigas de carne molida con huevo cocido al centro, en caldillo de jitomate, pero ahora les pongo también trozos de papa, de zanahoria, para hacerlas rendir y que alcance más”, asegura Micaela Rodríguez Robles, mientras camina por la Central de Abastos de Pachuca.

Sin embargo se enfrentan las amas de casa conque alimentos tradicionalmente económicos, como las papas, “están por las nubes”, afirma a su vez Margarita González, al hacer notar que incluso en la Central de Abastos la papa cuesta 26 pesos el kilo, “pero por mi casa la venden en 30 pesos”.

Todo está carísimo”, se queja por su parte Andrea Rodríguez, al hacer notar que “estoy llevando casi el doble de todo porque están mis tres hijos de vacaciones, más dos sobrinos que ayudo a cuidar, y todo el día quieren estar comiendo”, asegura.

En los bolsos de Andrea se observan productos como jícamas, abundantes zanahorias, pepinos, maíz palomero, chicharrones de harina para freír, además de fruta como mango paraíso, plátanos, guayabas y unos melones, “para que coman entre comidas”.

En estos días la jícama se vende en 16 pesos el kilo, en promedio, cuando su precio era hace unas semanas de entre 8 y 10 pesos; la zanahoria alcanza los 18 pesos, 10 pesos más cara que su precio acostumbrado, mientras que los humildes plátanos tabasco que ofrecen en 19 pesos el kilo, cuando suelen costar entre 10 y 12 pesos el kilo.