Es bien conocida la historia donde un escorpión pide a una rana que le cruce el río prometiendo no hacerle daño pues si lo hacía, ambos morirían ahogados. La rana accede subiéndole a sus espaldas pero cuando están a mitad del trayecto el escorpión pica a la rana. Ésta le pregunta incrédula «¿cómo has podido hacer algo así?, ahora moriremos los dos«, ante lo que el escorpión responde: «no he tenido elección, es mi naturaleza«.
Esa fábula atribuida a Esopo, puede ser una buena referencia para entender la relación que existe entre Gerardo Sosa (escorpión) y el partido Morena (rana). En su momento los dos aludidos se necesitaron. Sosa pensó, con suficiente olfato político, que el mejor vehículo para lograr sus fines era aquel partido de reciente manufactura. A su vez, Morena consideró que por su embrionaria naturaleza era mejor estar al lado de un liderazgo fuerte en la entidad.
Al paso del tiempo (no mucho, por cierto) los dos involucrados se han dado cuenta que sus caminos son distintos y que muy probablemente si siguen juntos se van a hundir sin cruzar el río (siguiendo la metáfora inicial).
El día de ayer (08 de Agosto de 2018) puede ser tomado como un buen referente. Resulta que en el transcurso de la semana el rector de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Adolfo Pontigo Loyola, fue enfático en asegurar que participarían en una marcha convocada por Morena por los agravios que han sufrido los diputados electos de ese partido y que obedecen a los intereses del grupo universidad.
Pontigo, también mostró indignación por de las declaraciones del gobernador Omar Fayad hacia la comunidad universitaria. Este último en un evento público hizo referencias a los universitarios llamándolos porros y violentos. Esa acción desató la furia de las autoridades universitarias que amagaron con sacar a la calle a miles de integrantes de la UAEH.
Todo estaba puesto para tener una gran movilización pero a pocas horas de realizarse la marcha la UAEH decidió no participar. Sin hacer públicos los motivos, las autoridades universitarias decidieron guardar distancia y dejar que los eventos políticos tomaran su propio rumbo.
Sin embargo, las señales que se quedan es que conociendo al escorpión (Gerardo Sosa, cabeza del grupo universidad), algo negoció con el gobierno. El tono agresivo que se utilizó días antes para amagar al gobierno de pronto se desvaneció. Hubo algo suficientemente poderoso que hizo recular al grupo universidad y mantener distancia del partido político que ha utilizado en los últimos meses para hacer más grande su dominio político en el estado.
Algo debe de quedar de esta experiencia que pudiendo ser simbólica no lo es. Porque en política la forma es fondo. Y las indecisiones se pagan caras. No hay nada más deleznable que mostrarse de una manera y en el fondo ser de otra (justo como la fábula de la rana y el escorpión).
Lo que queda, al final del día, es una evidente manipulación del grupo político más cohesionado que existe hoy en el estado de Hidalgo. Las huestes de Gerardo Sosa se la pasan haciendo cálculos políticos a costa de la debilidad de Morena.
Esa relación (Escorpión- rana, Sosa – Morena) se podían entender en tiempos electorales donde el pragmatismo conduce a sumar a todos sin tanto miramiento. Pero ahora, cuando el reto es gobernar para todos el grupo universidad se ha vuelto un pasajero incómodo.
Vaya trabajo político que se tiene que hacer al interior del estado de Hidalgo. Porque el gobernador Omar Fayad confunde al más conocedor con sus mensajes incongruentes. Un día dice que está dispuesto a trabajar con todas las expresiones políticas pero en los hechos agrede a los integrantes de Morena. Por su lado, el partido que ganó las pasadas elecciones con amplio margen se encuentra subordinado a intereses de grupo. Alrededor de estos pleitos personales los grandes problemas de la entidad siguen esperando una solución.
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