En la capital hidalguense, una nueva atracción ha tomado por sorpresa a los pachuqueños, es el nuevo Museo de Miniaturas, albergado en un vistoso castillo medieval de defensa ubicado muy cerca del bulevar Ramón G. Bonfil, en la avenida Álamo 700, que es el camino que une al Tezontle con el bulevar Felipe Ángeles.
De pronto, en esta zona de la ciudad, unas cúpulas a lo lejos son el aviso de un castillo, en el cual se ha alojado un Museo de Miniaturas, y a la entrada un dragón encaramado en una de las torres da la bienvenida a este curioso lugar.
Sobre este novedoso lugar, Álvaro Bardales Herrera, gerente del museo, nos explica que su padre, el contador Álvaro Bardales, es aficionado a coleccionar miniaturas, y la idea de este museo surgió a raíz de la amistad que trabó con un amigo español, que se dedica al diseño de interiores y quien también es afecto a coleccionar miniaturas.
Como tenía una colección importante de más de 30 años en que ha venido coleccionándola, su papá empezó a exhibir estas miniaturas de trenes y ciudades miniatura, que hace 35 años las empezó a construir y después empezó a conocer a más gente de Hidalgo que tenía las mismas aficiones.
“Empezó a juntar más obras y las fue juntando y juntando, hasta que en el 2012 tuvo la oportunidad de poner una exposición temporal en la Plaza Gran Patio, se puso 6 meses y a la gente le gustó mucho, entonces ya se animó a llevarla de forma itinerante a diferentes lugares, a ferias del libro, a Real del Monte, se puso en el Rehilete a finales del año pasado”.
Y se animó tanto su papá porque a la gente le gustó mucho, que ya decidió echar todos sus esfuerzos para construir el castillo, con ayuda de mucha gente, que lo ha ayudado desde hace muchos años, porque no sólo ha sido el trabajo de hacer las obras que están adentro, sino de restaurarlas, mantenerlas, meterles electricidad, transportarlas, “mucho trabajo hay detrás de todo esto”.
Precisamente de ahí vino la idea de hacer el museo para convertirlo en una exhibición permanente, por lo que con ayuda de varias personas y de su amigo español, empezaron en enero la construcción del castillo, donde el decorador de interiores hispano brindó la asesoría para que fuera un castillo medieval del tipo castillo de defensa, que fue concluido recién el pasado primero de julio de 2018, y a los dos días lo echaron a funcionar.
El lugar es en efecto, una réplica de un castillo, en cuyo interior, hay una exhibición de 100 dioramas, maquetas en miniatura, que se encuentran custodiadas por un enorme dragón que recibe a los visitantes.
“La mayoría de las obras son hechas por hidalguenses, y también hay muchas que son de temas relacionados de aquí de Hidalgo, como minas de Real del Monte, como oficios antiguos de aquí, el taller de Maestranza, entre muchas otras cosas”.
Escenarios de fantasía, un pueblito europeo, un nacimiento espectacular, una tienda de ultramarinos, la mina La Dificultad, un teatro que presiden los personajes de “El Chavo”, un enorme castillo playmobil, una feria con juegos mecánicos que se mueven de verdad, en fin, un lugar que sorprende a niños de 0 hasta los 90 años de edad.
El museo consta de tres pisos, dos dedicados a las miniaturas y en este momento, en la tercera planta, se exhibe una vasta colección de juguetes, propiedad de una doctora, ya que el tercer piso se va a dedicar a la exhibición de colecciones temporales, misma que piensa renovar en 7 meses.
El museo se abrió el primero de julio, pero queda pendiente una inauguración oficial, aunque ya está abierto al público de viernes a domingo, de 11 de la mañana a 6 de la tarde, con un costo de 20 pesos por persona.