Hace unos días conducía el auto familiar en una carretera cuando detecté por el espejo retrovisor la peligrosa cercanía de una Van conducida a exceso de velocidad. El conductor parecía estar filmando la escena de una película de acción, debido a sus imprudentes maniobras de manejo. Previendo una colisión casi inminente,  decidí cambiarme al carril de la derecha en la primera oportunidad. Justo cuando pensaba que vería pasar a mi lado a un hombretón malhumorado, me di cuenta que el conductor del vehículo era una joven mujer con aspecto de universitaria y que en el asiento trasero iba una menor, probablemente su hija … ¿Qué motivaría este comportamiento agresivo e irresponsable en una madre de familia al ponerse al volante de un vehículo automotor de casi 2 toneladas? Aparentemente, cuando el entorno es percibido como hostil, ello puede generar una actitud defensiva-agresiva en individuos que normalmente  no son proclives a la violencia. Asociamos la agresividad con el complejo R o “cerebro reptiliano” que todo ser humano posee, así que el comportamiento agresivo puede presentarse en cualquier persona.

En el cuento de ciencia ficción Devolution de E. Hamilton, se narra la historia de unos seres (los “Arctarian”) de estructura protoplasmática, pertenecientes a una civilización intelectual y técnológicamente más desarrollada que nosotros. Al recibir el llamado de alerta de una de sus naves enviada a la Tierra millones de años antes, deciden auxiliarla. Al llegar, se percatan de que algo ha salido terriblemente mal y que la especie dominante en el planeta (nosotros), es en realidad, descendiente de los Arctarian. Aunque, lo que constituye el paradigma de la evolución de las especies en la tierra —la evolución de formas de vida multicelulares complejas, a partir de organismos unicelulares— fue, según la historia, una degradación de la especie colonizadora original. El resultado seríamos los Homo Sapiens, que es quizá, una de las más agresivas de este planeta.

Finalmente, los Arctarian deciden marcharse, viendo que la humanidad es un caso perdido.

La historia se publicó en 1936, año en que Alemania tuvo un vertiginoso desarrollo  económico y militar, que marcaría el preámbulo de la segunda guerra mundial, una confrontación que muchos previeron.

La historia referida antes, nos enfrenta una vez más a la génesis de la agresividad. Nosotros decidimos si actuamos con mesura y precaución o bien si lo hacemos sin autocontrol y con mal manejo del estrés, de forma agresiva. Depende de nosotros.

 

 

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