Al asegurar que el de 1968 es un movimiento que es de todos los mexicanos y que nadie puede apropiarse de algo así para abanderar causas, el diputado local del PRI, Julio Valera Piedras, afirmó que también debe ser parte del acervo de la historia de México para que no se olvide, para que no vuelva a suceder algo así.
Al dar a conocer su punto de vista hace 50 años en la Plaza de las Tres Culturas de la Ciudad de México, el diputado plurinominal manifestó que lamentablemente es una herida que duele y debe doler a todos, incluidas las nuevas generaciones, que a pesar de no haber vivido el incidente deben tomarlo como una experiencia sangrienta que abrió canales de expresión.
“Porque gracias a movimientos como ese hoy se nos permite tener una alternancia, mayor tolerancia, que se tengan más libertades, y que la democracia en el país se haya fortalecido y lo digo como orgulloso estudiante de ciencias políticas y catedrático que fui de la UNAM, por lo que al igual que muchos que no lo viví de cerca pero crecí con ese movimiento, por lo que también lo considero como mío”.
Valera Piedras añadió que al mismo tiempo es algo que no se puede ni debe olvidar, porque se debe tomar en cuenta que fue uno de los puntos de partida para mejorar los canales de expresión y el fortalecimiento de la democracia como con la que hoy se cuenta, además de afirmar que es algo que no se puede ni se debe olvidar, principalmente para que no se vuelva a repetir.
“Este es un movimiento que todos debemos tomar como aprendizaje y como parte de nuestro bagaje académico, cultural, para siempre estar luchando por las causas de los jóvenes pero sobre todo por las de la democracia y creo que debe ser un movimiento que debe seguir siendo parte de la historia que nunca se olvide en nuestro país para que no vuelva a suceder algo así”.
Por último, Valera Piedras manifestó que finalmente es algo que duele a la sociedad en general por la manera en que sucedió, por lo que al ser un movimiento de la nación, nadie puede ni debe apropiarse del mismo para abanderar otras causas, ya que la generación que lo vivió y las que le siguen deben reivindicar que es algo que no se puede repetir sin importar las circunstancias.