La falta de regulación oficial en el servicio de estacionamiento público ha generado una anarquía en el sector en la Zona Plateada, la cual fue concebida inicialmente como desarrollo habitacional de alto nivel económico, pero en ella se multiplican los espacios comerciales y dependencias oficiales estatales y federales.
La proliferación de estas dependencias oficiales, restaurantes, bares y espacios comerciales en general, a lo largo de la avenida Camino Real de la Plata, generó una demanda de espacios de estacionamiento que fue resuelta, primero, con el estacionamiento tolerado en doble y hasta triple fila, y en los últimos meses, con predios baldíos habilitados como estacionamientos públicos.
“Pero definitivamente se manchan; lo mismo cobran 20 que 45 pesos la hora, y aplican aquello de que de acuerdo al sapo es la pedrada”, hizo notar Raúl Cepeda, empleado en un establecimiento comercial en la zona.
El paseo tranquilo de los vecinos con sus perros, de los fraccionamientos habitacionales en la zona, dejó de verse entorpecido por los vehículos estacionados sobre las banquetas, aunque ahora entorpecen la vialidad peatonal todo tipo de puestos de tacos, desde aquellos de gran tamaño hasta montados en triciclos; coches con venta de alimentos en las cajuelas o puestos de comida instalados sobre mesas de madera.
Ya sufrieron, además, las incomodidades que genera un plantón de protesta.
“Pensé que construíamos en una zona residencial exclusiva, pero al rato esto va a parecer un simple tianguis”, aseguró Marcela Legaspi, quien se mudó con su familia de la Ciudad de México a Pachuca.
Sin embargo quienes acuden a realizar trámites a la docena de dependencias oficiales instaladas a lo largo de la avenida Real de la Plata, como la Sedeco, el Inaih, la Prodecon, entre otras, se ven obligados a utilizar los servicios de los improvisados estacionamientos, que no ofrecen más allá que predios cubiertos con tezontle, cajones marcados con cal y una pequeña caseta desde la que se cobra el ingreso, pero fijan tarifas hasta un 300 por ciento más caras que los estacionamientos que se ubican en el centro de la ciudad.
Son “estacionamientos” públicos que carecen de elementales medidas de seguridad como extintores, de tarifas y reloj checador a la vista del público y que el minuto extra lo cobran como hora completa.
“Pero además el comprobante que expiden no cita la razón social del establecimiento ni las garantías de seguridad que ofrecen al usuario; urge que sean regulados por la Presidencia Municipal o la Profeco”, comentó Salvador Urquijo, quien frecuentemente debe realizar trámites en las oficinas públicas instaladas en la Zona Plateada.