La festividad del Xantolo, en la Sierra y Huasteca de Hidalgo, se ha convertido en un importante producto turístico que año con año atrae cada vez a un mayor número de turistas y visitantes locales, nacionales y del extranjero, aseguró el secretario del ramo, Eduardo Baños Gómez.

El funcionario, quien recorrió aquella región del estado en los últimos días, reportó que pese a la multitud reunida, el saldo que arrojaron estos festejos fue blanco.

Baños Gómez reportó una gran actividad en el estado de Hidalgo con este tradicional festejo de Día de Muertos, y calculó que se habrán alcanzado las expectativas de recibir un millón de turistas y visitantes, con una derrama económica de entre 250 y 300 millones de pesos.

En especial destacó el éxito alcanzado por los festejos del Xantolo en el norte del estado, que atrajo a miles de personas de la región que han emigrado, además de turistas de muy variados puntos del país, así como del extranjero.

El Xantolo puede describirse como una mezcla de aromas, sabores, colores, sonidos, danzas y tradiciones que se han preservado durante cientos de años”, comentó al respecto.

Sin embargo, festejar a los muertos es tradición que se extiende a todo el estado, resaltó el funcionario, para hacer notar que en estas fechas el turismo se convierte en una importante actividad en todo el estado, con afluencia de turistas y visitantes lo mismo en la Huasteca que en el Valle del Mezquital o la sierra Otomí-Tepehua.

Festejos que con múltiples variantes en sus expresiones culturales –hombres enmascarados, hombres vestidos de mujeres, música de viento, de guitarras y trompetas, etcétera-, tienen como común denominador la idea de que en estos días las almas reciben permiso para convivir con sus seres queridos aún vivos.

Son días en los que abundan los alimentos, como el zacahuil huasteco o el pan recién horneado en la región tepehua; los tamales y moles rojos y verdes, las bebidas como el chocolate, el atole, el pulque y la caña; los dulces típicos de cada región, las frutas recién recolectadas, para placer de los comensales.

En los que un intenso olor a copal se entremezcla con el olor de la flor de cepasuchil; de los guisos, el chocolate y el café en los fogones, de los guisos que se elaboran en los hogares.

Todo ello se conjuga para hacer de las festividades de muertos una tradición que pasa de lo comunal a lo turístico.