Las redes sociales son materialmente saturadas diariamente con una enorme cantidad de información sobre diferentes noticias. Algunas son falsas, otras, simples exageraciones de hechos sin importancia. Una que me ha parecido relevante, es la relacionada a la Refinería Deer Park que PEMEX tiene en USA.

La refinería Deer Park, efectivamente, se mantiene como una inversión conjunta entre Shell  y Pemex (con porcentajes del 51% y 49%). Shell (Royal Dutch  Shell) es una compañía Británico-Holandesa dedicada a la extracción y comercialización de gas y petróleo, con oficinas centrales en los países bajos e incorporada en el Reino Unido. Es una de los 6 empresas gigantes en este ramo a nivel mundial. Según su portal: “Somos un grupo de compañías petroquímicas con un promedio de 86,000 empleados en más de 70 países”. Existe una filial en USA, la cual mantiene dicha inversión conjunta con Pemex.

Mientras que la información de la producción anual que obtiene la compañía, puede encontrarse en las páginas del portal de Shell, no sucede lo mismo con la contraparte mexicana. Si bien la refinería Deer Park en Texas, no representa uno de sus ingresos más importantes, Shell ha mantenido el compromiso en seguir operando junto a Pemex, dicha refinería durante diez años más, a partir de 2023. Pemex, por otra parte, mantiene un hermetismo inexplicable sobre sus ganancias y perspectivas de crecimiento respecto de la citada refinería. Pareciera que aquello  que representa un negocio rentable para el gigante Shell, no lo fuera para Pemex.

En abril de 2018 Shell declaró que uno de sus proyectos más ambiciosos es el de aguas profundas denominado Vito. Localizado a 240 Km al suroeste de Nueva Orleans, pretende extraer crudo a unos 1200 metros de profundidad. El estimado de extracción tendría un  máximo de ¡100,000 barriles diarios!

¿Debemos creer que los yacimientos de petróleo, por alguna extraña razón, están más cerca de Nueva Orleáns que de los puertos mexicanos?. Obviamente debe hacerse una exploración más exhaustiva en la parte que nos corresponde del golfo de México para determinar si la extracción es, o no es rentable.

Este hermetismo es algo que debe terminar. En el pasado, muchos presidentes manejaron partidas presupuestales con absoluta discrecionalidad. Es célebre la conocida “partida secreta” que ejercía el Ejecutivo federal, sin rendir cuentas a nadie. Mantener regímenes de excepción, que no puedan someterse a auditorías, es uno de los vicios del poder que deben ser erradicados.

 

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