Hace unas semanas circulaba por una autopista cuando me percaté que en el carril opuesto había una pareja intentando rescatar a un perrito. Luego de dar la vuelta y estacionarme detrás del auto de la familia, pude ver que el animalito estaba consciente aunque un poco desorientado. Con extremo cuidado (pues los autos pasaban a gran velocidad a nuestro lado) pudimos al fin cargar a la perrita hacia el acotamiento. La pareja de esposos había visto cuando un conductor imprudente la atropellaba, dejándola en medio de la carretera, indefensa. Decidí subir al animalito al auto y llevarla para que la revisara un veterinario.
En una primera inspección, el veterinario solamente detectó lo que parecían ser excoriaciones y magulladuras de poca importancia. La perrita estaba desorientada y tendía a perder el equilibrio, lo cual es común luego de un traumatismo importante. No obstante, respondía al llamado y aceptó el alimento, lo cual nos tranquilizó. Comenzamos a anunciar en las redes sociales que requeriríamos a alguien que la adoptara como mascota.
En el el estado de Hidalgo hay un número enorme de pequeñas especies que sufren atropellamientos diariamente y quedan a un lado de la carretera como parte de un escenario francamente macabro. Los perros encabezan la lista, pero también se puede observar gatos y otras especies.
Días después del incidente recibí la llamada del veterinario para avisarme que había surgido una complicación. La noticia era que la perrita había presentado un cuadro convulsivo importante que puede aparecer después de un traumatismo cerebral severo. El pronóstico en ese momento era francamente malo. El veterinario anticipó que se requerirían cuidados especiales y no garantizaba ninguna mejoría. Decidimos que sería más humanitario administrarle una dosis elevada de sedantes de uso veterinario para poner fin al sufrimiento de la perrita. Representa un trago amargo tener que tomar la decisión de acabar con la vida de una mascota.
Como sociedad debemos hacer consciencia de la importancia de proteger a las mascotas que están a nuestro cuidado. Los niños y jóvenes aprenderán a cuidar de los desprotegidos solo si les enseñamos a ser responsables de los que más lo necesitan, incluyendo a las mascotas.
Pensaba en cómo la habría llamado en caso de habernos quedado con ella. Creo que el mejor nombre habría sido Yaocihuatl. Significa guerrera en Náhuatl. Justamente eso era, una guerrera.
Twitter: @Cs8Soto