El estado de Hidalgo, durante la presente temporada de influenza 2018-2019, mantiene hasta el momento una cifra de 36 casos confirmados de esta enfermedad, con 9 defunciones hasta el momento.
De acuerdo con las cifras de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud federal, los estados con mayor número de defunciones por influenza son: Puebla, Oaxaca, Veracruz, Hidalgo y Sonora que en conjunto suman el 46.6% de las defunciones por influenza.
El cuarto lugar en el que se ubica Hidalgo se debe a los 9 fallecimientos que se han registrado en la entidad a causa de la influenza en personas que pertenecían a grupos de riesgo, misma que en todo el país ha causado 116 defunciones hasta el momento.
En la actual temporada 2018-2019 de influenza, el subtipo de mayor circulación es A(H1N1), siendo las dos primeras semanas de diciembre las que mayor número de casos positivos arrojaron de influenza y de defunciones por esta enfermedad en todo el país.
La Secretaría de Salud federal, en su boletín epidemiológico, detalla que la influenza es una enfermedad respiratoria que es transmitida de persona a persona mediante gotitas de saliva producidas al toser o estornudar.
Los síntomas de la enfermedad generalmente aparecen después de un periodo de incubación de 1 a 4 días, mientras que el periodo infeccioso suele ser 1 día antes de inicio de síntomas y se prolonga 48 a 72 horas después. Esta enfermedad se manifiesta de inicio súbito, con fiebre mayor de 38°C, postración, cefalea, mialgias, tos seca y manifestaciones nasales como estornudos, rinorrea, obstrucción aérea, e inflamación faríngea.
Algunas de las complicaciones moderadas que se presentan son infecciones sinusales y del oído, mientras que la neumonía es una complicación grave a causa de la influenza que puede causar infección por el virus de la influenza o coinfección bacteriana.
Esta enfermedad también puede empeorar otros problemas de salud crónicos mientras los pacientes tienen influenza y las personas con enfermedades cardiacas crónicas pueden presentar un agravamiento de su condición, desencadenada por esta enfermedad.
Por ello, se reitera el llamado a la vacunación anual en grupos de alto riesgo como: embarazadas en cualquier fase de gestación; niños de 6 meses a 5 años de edad; personas mayores de 65 años; pacientes con enfermedades médicas crónicas como asma, enfermedades pulmonares crónicas (enfermedad obstructiva crónica y fibrosis quística).
También es importante que se vacunen personas con enfermedades cardiacas (enfermedad cardiaca congénita, insuficiencia cardiaca congestiva y enfermedad de la arteria coronaria), diabetes, anemia falciforme, afecciones renales y enfermedades del hígado, así como pacientes con trastornos metabólicos congénitos y mitocondriales, VIH o SIDA, con obesidad, o personas mayores de 19 años de edad que están recibiendo terapia a largo plazo a base de aspirinas; ya que son población blanco con elevado riesgo de desarrollar complicaciones graves por influenza.
Desde luego debe vacunarse el personal operativo de los centros de salud y hospitales.
Ante cualquier síntoma de malestar respiratorio, hay que evitar automedicarse y acudir al médico para recibir un diagnóstico y atención oportuna, a fin de evitar mayores complicaciones. Desde luego hay que priorizar la atención en niños entre los 6 meses y cinco años de edad, llevándolos a atención al doctor, así como ayudar a los adultos mayores a trasladarlos a que reciban atención.