La logística de Pemex contra el huachicoleo, de sustituir el uso de ductos por pipas para abastecer las Terminales de Almacenamiento y Reparto, de la que existe una en Pachuca, ha originado que estas terminales se queden sin combustibles y que gasolineros del centro del país se concentren en Tula, donde tardan de tres a cuatro días en ser despachados. “Todo un caos”, afirman gasolineros.

Tenemos gasolina a ratos, por días, lo que nos dura la gasolina Magna que conseguimos en Tula o el diésel que compramos en San José Iturbide, en San Luis Potosí, porque Premium definitivamente no hay en ningún lado”, aseguró a Síntesis Hidalgo Raúl López Manjarrez, presidente de la Unión global de Gasolineros H32, del estado de Hidalgo.

El representante de los expendedores de carburantes en el estado explicó que es a través de ductos como se abastece a las terminales, a las que acuden los gasolineros a surtirse, con pipas propias o rentadas. “Ahora que las terminales están siendo surtidas con pipas, el abasto es lentísimo porque las terminales están diseñadas para ser abastecidas por ductos”.

Esto ha provocado que gasolineros del Estado de México, Querétaro, San Luis Potosí, Hidalgo, e incluso Guanajuato, congestionen la refinería de Tula. “Formamos filas de 200, 300 pipas esperando ser surtidas, lo que nos toma tres, cuatro días, mientras están también las filas de las pipas que llegan a surtir a Tula, a las que les toma una hora y hasta dos para descargar. Esto es lento para todos”, explicó.

Esta situación inició desde finales del año anterior, asegura López Manjarrez; “ya tiene semanas, pero se nos agotaron las reservas en las gasolineras y vamos vendiendo la Magna y el diésel que conseguimos, conforme lo conseguimos, pero se nos acaba en un día, día y medio, y estamos sin trabajar dos o tres días, en lo que conseguimos más”.

La situación es más grave en el interior del estado que en Pachuca, pues la terminal local abastece a las gasolineras pachuqueñas. “Los foráneos tenemos que utilizar nuestros propios medios para abastecernos, y como en Pachuca no alcanza, nos mandan a Tula a cargar”.

A las deficiencias en el abasto se suma otro problema: “no hay suficientes pipas, ya sea propias o que rentemos, para tenerlas esperando días a ser surtidas en Tula, así que nos estamos quedando días sin combustible; unos expendios tienen pero otros no”.

Todo ello ha originado que las ventas en los expendios se caigan hasta en un 50 por ciento, calculó.

El representante de los expendedores aceptó que la medida tiene por objetivo abatir el huachicoleo y el robo de combustibles a través de ductos de Pemex, pero ha provocado toda una cadena de contratiempos.

Yo me imagino que para descargar los buques con pipas en lugar de ductos, del combustible importado, tienen los buques parados también en los puertos, con un costo para Pemex”. La empresa del Estado, recordó, importa el 75 por ciento de los combustibles que comercializa en el país.

A decir de López Manjarrez el problema podría aminorarse “si el gobierno pone a militares a vigilar las zonas con ductos mientras se llenan los tanques, y una vez llenos, los vuelvan a cerrar; es que si sigue tan lento el abasto el problema irá creciendo”.

 

Analizar a profundidad las acciones, antes de emprenderlas: CCEH

Sobre el desabasto de combustibles en el centro del país, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Hidalgo (CCEH), Edgar Espínola Licona, se pronunció porque “se tomen medidas enérgicas y basadas en una estrategia en contra de este delito y de cualquier otro que afecte la vida económica del país”.

Se dijo en contra, sin embargo, de que se emprendan acciones “sin pensar en costos y consecuencias, lo que denota inexperiencia”.