La carencia de pipas suficientes, rentadas o propias, para el transporte de combustibles para abastecer las gasolineras en Hidalgo, aunado a la concentración de expendedores de todo el centro del país en Tula, buscando abastecerse, lo que toma de dos a tres días el llenado de una pipa, son factores que en suma originan el desabasto en la entidad.
Información difundida por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), precisa que en Hidalgo la capacidad de almacenamiento en las Terminales de Almacenamiento y Reparto de Pemex en Pachuca y Tula es de un millón 370 mil barriles, lo que representa apenas el 7.2 por ciento de la capacidad nacional.
Sin embargo y dada la carencia de combustible en entidades vecinas, miles de gasolineros congestionan diariamente la terminal ubicada en Tula, lo que origina esperas de 48 a 72 horas para que sea abastecida una pipa, asegura Raúl López Manjarrez, presidente de la Unión Global de Gasolineros H32.
En el interior del estado la situación es más grave porque los expendedores deben dirigirse exclusivamente a Tula para abastecerse, “pero no tenemos suficientes pipas, ni propias ni rentadas”, para hacerlo, señala López Manjarrez.
Ello se explica con cifras del CRE, que precisan que en Hidalgo se cuenta apenas con el 4 por ciento del total de permisos vigentes para transportar combustibles en pipas y autotanques, del total de 15 mil 334 vehículos registrados en todo el país.
Un total de vehículos de los cuales sólo cinco mil 521 por ciento, es decir, el 36 por ciento, están en las siete entidades en el país, ente ellas Hidalgo, que reportan problemas de abasto por el cierre de ductos como estrategia para combatir el huachicoleo.
A decir de López Manjarrez, suman ya casi dos semanas desde que expendedores del estado enfrentan severos problemas para abastecerse de combustible, y hay gasolineras que duran de dos a tres días cerradas hasta que obtienen combustible. Hay un expendio en Tizayuca, dijo, que lleva cerrado ya cinco días.
Limitan el uso de auto al máximo
Un desabasto que terminará por afectar a industrias como la turística o la restaurantera, pues las familias han comenzado a limitar al máximo el uso del automóvil por el temor de quedarse sin combustible lejos de casa y tener dificultades para abastecerse.
“¿Salir de paseo? ¡para nada! Capaz y nos quedamos sin gasolina”, asegura José Ángel Narvarte, quien los fines de acostumbraba visitar a sus familiares en Zacualtipan y Molango.
Los problemas de abasto sorprendieron a numerosos automovilistas de Pachuca que lejos de cargar de combustible el vehículo para la semana o quincena, se limitan a cargar para uno o dos días. “Aquí la mayoría carga de a 100 pesos; algunos todavía cargan 50 pesos”, aseguran empleados de gasolineras.
Avisos en redes sociales
Mientras tanto, las redes sociales se han convertido en el medio informativo inmediato en que las familias, los amigos, se comparten información sobre los expendios en los que sí hay combustibles.
De esta manera se dirigen con certeza a las gasolineras que están despachando y evitan tener que circular por Pachuca en busca de gasolinas y gastando la existente en el vehículo.