El abasto insuficiente de combustibles ha trastocado la vida de los pachuqueños; la falta de combustible suficiente o el temor a quedarse varados comenzó a originar ausentismo en las escuelas, en las empresas, a generar pérdidas en el transporte y en aquellos sectores productivos que dependen del uso de carburantes.

Pero además, como se ha podido observar, las enormes dificultades para obtener 300 pesos de combustible –que es el despacho máximo en las gasolineras-, despierta reacciones emocionales de furia o agresión poco acostumbradas en una ciudad aún tranquila y afable como la capital hidalguense.

 

Ausentismo en las escuelas

Colegios particulares, escuelas públicas y padres de familia reportan que el viernes anterior fue ya notorio el ausentismo de los alumnos por esta razón. “En la escuela Frida Kalho, donde es casi imposible pasar a la hora de entrada, el viernes la calle lucía casi desierta y muchos alumnos no asistieron”, comentó la madre de familia Elena Gutiérrez.

O la escuela primeria Ramón G. Bonfil, donde solo en el grupo  6B se recibieron tres reportes de padres de familia en el sentido de que “me quedé tirada sin gasolina”.

Fue el caso, también, del colegio Siglo XXI, ubicado en el bulevar Las Torres, donde numerosos padres de familia reportaron inasistencia de sus hijos a causa del desabasto de gasolina. “Y estamos hablando de padres y madres que trabajan, para los cuales el que sus hijos no asistan a clases es un problema”, se comentó entre maestras del plantel.

 

Ausentismo Laboral

Es el caso además de empresas desarrolladoras de vivienda cuyos trabajadores no han podido llegar a donde se construye por falta de transporte.

Otros pequeños empresarios de servicios como lavanderías, talleres mecánicos, talleres de electricidad, carpinterías, etcétera, reportan también ausentismo laboral o la entrada tarde a trabajar. “El transporte público está saturado y no ganan lo suficiente para pagar taxis”, aseguró el empresario Miguel Ángel Gómez.

Los taxistas viven una grave crisis, “pues solo conseguimos 300, 400 pesos de gasolina para trabajar todo un día y apenas nos alcanza para unas seis horas, cuando mucho, y no podemos subir tarifas porque las multas están carísimas”, comentaron a su vez taxistas que se formaban la tarde del sábado frente a expendios.

Los empleados de las gasolineras han dejado de recibir propinas, en la mayoría de los casos, y el salario que perciben es el mínimo, en el mejor de los casos. “Yo en propinas me gano unos 100, 150 pesos diarios, pero ahorita, ni propinas hay”, aseguró una despachadora en el expendio ubicado en la colonia Tuzos.

En las filas de kilómetros de longitud, de autos esperando abastecerse, se observan vehículos de empresas refresqueras, de servicio de televisión por cable, de laboratorios químicos, de mudanzas, entre muchas más, así como infinidad de taxistas.

 

Reacciones violentas, la tónica en las filas

Mientras tanto el fin de semana se observaron reacciones de furia, violentas, de quienes esperan horas y horas en las filas y creen detectar a alguien que busca colarse en las mismas o cargar de más, exigiendo que el abasto de 300 pesos por auto “sea parejo”.

Las expresiones de enojo se multiplican entre quienes esperan obtener combustible en bidones, en largas filas también, ante la orden de la Profeco de que no sean abastecidos. “¿Y qué “#$%& hago? Se me quedó tirado el carro como a tres kilómetros… ¿lo empujo hasta acá?

Incluso fue posible observar como el enojo contra una persona que “se adelantó” en la fila al momento de repartirse entre las máquinas despachadoras, se centró en que muchos de los formados muestran placas del Estado de México, “¡y se están viniendo a surtir acá; se llevan la gas de los pachuqueños!

Ya me da miedo venir a formarme sola de día, y mucho más de noche; hay mucho malestar y hasta agresiones”, comentó al respecto la señora Susana Méndez, formada seis horas el sábado frente a la gasolinera ubicada en el fraccionamiento Quinta Bonita.