El pasado 16 de enero se cumplieron 150 años de la erección del estado de Hidalgo. Esta entidad federativa que se ubica el centro del país es referente en varias cosas. Por ejemplo, aquí se celebró el primer grito de independencia en 1812 (Huichapan), se extrajeron ricos minerales (Pachuca y Mineral del Monte) durante todo el siglo XVIII, estas tierras se convirtieron en casa de una de las figuras del Virreynato; Don Pedro Romero de Terreros, primer conde de Regla y Fundador del Nacional Monte de Piedad. Este célebre personaje puso en marcha un nuevo método para extraer el mineral procedimiento que erradicó siglos de bajo producción y puso a Pachuca en el centro de la extracción de plata.
Aquí también se produjo el pulque que abasteció a buena parte del centro del país. Bebida de gran arraigo entre las masas y que es un referente de la cultura popular. En estas tierras también se dio la primera huelga del país – incluso algunas fuentes aseguran que fue la primera en el continente -; cuando un grupo de mineros protestaron por el aumento de la jornada de trabajo sin la remuneración adecuada. Aquel 15 de agosto de 1766, los mineros salen a la calle, liberan a los presos, dan muerte al alcalde mayor de Pachuca y se declaran en Huelga.
Pero también Hidalgo es referente negativo. Aquí se encuentra una de las zonas más contaminadas del mundo. El municipio de Tula es receptor de las aguas residuales provenientes de la Zona Metropolitana del Valle de México, de las cuales casi el 60 % es agua residual y el 40 % restante es de agua pluvial. Ahí mismo se encuentra una termoeléctrica, industrias cementeras y una refinería que hacen del lugar uno de los cuatro más contaminados del planeta.
Lejos de ser un polo de desarrollo por encontrarse en el centro del país. Hidalgo es un estado pobre. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social en 2015, el 54.3 % del total de la población se encontraba en pobreza, de los cuales el 42.0 % presentaban pobreza moderada y el 12.3 % estaban en pobreza extrema.
De acuerdo con las mediciones en 2008 el 55.0 % de la población se encontraba en pobreza para 2010 disminuyo a 54.8 %, para 2012 disminuyo a 52.8 % y para 2014 el porcentaje volvió a aumentar a 54.3 %.
Los municipios con mayor porcentaje de población en pobreza extrema fueron: Xochiatipan, Yahualica, Huehuetla, Tepehuacán de Guerrero y San Felipe Orizatlán. Los municipios que menor porcentaje de su población en pobreza extrema fueron: Mineral de la Reforma, Pachuca de Soto, Tizayuca, Atotonilco de Tula y Tepeapulco.
Es decir, dentro del territorio estatal existe gran diversidad en el ámbito geográfico pero también en su propio desarrollo. En este sentido es obligado recordar el libro que en 1990 nos retrata una triste realidad.
En un referente obligado, el testimonio que hacen Carlos Martínez Assad y Sergio Sarmiento en el libro “Nos queda la esperanza”, donde analizan el valle del Mezquital t las posibilidades para erradicar las condiciones de extrema pobreza de la mayoría de los habitantes, particularmente de los indígenas.
No hay que olvidar que hay cuentas pendientes. Por ejemplo, el 19.1 % de la población se encuentra en rezago educativo; el 17.3 % es carente de acceso a la servicios de salud; 68.9 % le falta acceso a la seguridad social; 9.2 % tiene carencia de acceso a la vivienda; el 27.0 % carece de servicios básicos en su vivienda y el 31.7 % presenta carencia por acceso a la alimentación.
Los cinco municipios con mayor un grado de marginación alto en el estado son: Huehuetla, Yahualica y Xochiatipan.198 Los cinco municipios con menor un grado de marginación en el estado son: Pachuca de Soto, Mineral de la Reforma, Tepeapulco, Tizayuca y Atitalaquia.198
Hay mucho que celebrar por tener historia y cultura. Pero también hay mucho por hacer para tener mejores condiciones de vida y más oportunidades dentro del propio territorio estatal.
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