Un universo de oportunidades se abriría para los sectores productivos de Hidalgo con el proyecto aeroportuario del gobierno federal citado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, el pasado domingo al festejar a las Fuerzas Armadas, y la posibilidad de emplear 900 hectáreas de terrenos, en Tizayuca, a mediano plazo, para descongestionar el tránsito aéreo en el Valle de México.

Para Ricardo Rivera Barquín, presidente de la Coparmex Hidalgo, “sin duda el que se considere a nuestro estado de manera formal en el proyecto aeroportuario del gobierno federal, vendrá a generar oportunidad y crecimiento para los hidalguenses”.

El que el mandatario del país considere “lograr una extensión de 900 hectáreas en Tizayuca, así como las vías de comunicación que se tendrán que hacer para comunicar los otros dos aeropuertos, será un detonante interesante para Hidalgo”.

A consideración de Rivera Barquín no cabe duda de la intención de sumar a Hidalgo al proyecto aeroportuario, “pues sin duda el que el propio Presidente lo anuncie en presencia del gobernador Omar Fayad, se podría considerar como un compromiso con el estado de Hidalgo”.

Al reunirse con las Fuerzas Armadas, el pasado domingo, el presidente de la república afirmó que la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México generará un ahorro de 100 mil millones de pesos, y que ampliación del aeropuerto de Santa Lucía como base aérea para vuelos comerciales estará listo a más tardar en tres años.

 

Aeropuerto, de beneficio para constructores

La posibilidad de que se utilicen 900 hectáreas en Tizayuca para complementar el desarrollo aeroportuario en el Valle de México no convence al presidente de la Canacintra Hidalgo, Enrique Flores Juárez, quien afirmó que “este tipo de proyectos a nivel internacional empiezan desde arriba, no desde abajo”.

Incluir predios de Tizayuca en el proyecto “representará la alegría de constructores, en caso de que les asignen obra, del tamaño que sea, pues ellos pueden construir donde les digan; el punto relevante es el fondeo de ese tipo de proyectos  y su funcionalidad real y vida útil”.

Opina el empresario que si se realizan obras solo para remendar servicios que ya llegaron a su saturación operativa como el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), “lo que vamos a tener va a ser una red poco eficiente y nada atractiva para el establecimiento de rutas internacionales, no solo para los pasajeros sino para la carga y como punto de distribución de flujo de pasajeros hacía otros destinos”.

Por otro lado, añadió, “el atractivo para anunciar obras, cortar listones y bautizar en honor de algún héroees muy fuerte, una ampliación por aquí, un hangar por allá, una terminal a la que no va a llegar el flujo soñado y mal planeado”.

Aceptó sin embargo que se trata de “una oportunidad más para que esa derrama de recursos tan cuantiosa, lleve una asignación a empresas hidalguenses y no pase como con la obra grande del proyecto cervecero, la cual ya estaba asignada”.

Lo cual, consideró, se repetirá con el proyecto del Tren Maya, “y quien ponga el fondeo va a decidir, o mejor dicho, sugerir a la empresa que lo desarrolle”.

Pero en el caso de Tizayuca, dijo finalmente, “lo de del terreno es lo de menos, terreno hay, constructores que puede edificar lo que quieran también los hay… que realmente aporte al desarrollo de México, como nación desarrollada, y que sea un proyecto para mostrar al mundo, es una historia que requiere mucha más capacidad”.