Una mañana muy emotiva se vivió el pasado viernes en el Hospital General del ISSSTE en Pachuca, cuando dos pequeños grandes guerreros, Edwin de 9 años, y Adilene de 13 años, tocaron la campana que anunció al mundo su victoria sobre el cáncer.

Con lágrimas de alegría y emoción, los familiares y el equipo médico del ISSSTE que ayudó a estos dos niños a vencer el cáncer, atestiguaron el momento en que cada uno de ellos, acompañados de sus papás, tomaron entre sus manos una campana llena de listones de colores y la hicieron sonar anunciándole a la vida su triunfo.

Emocionada y con los ojos arrasados, la oncóloga pediatra del ISSSTE, Mónica Langarica recordó que Edwin llegó hace tres años al hospital, con un diagnóstico de leucemia linfoblástica aguda, una leucemia de muy alto riesgo que lo llevó a estar hospitalizado, pasando su sexto cumpleaños internado durante un mes.

Expuso que un niño con cáncer no se cura nada más por el médico, ya que también participan el pediatra, las enfermeras, el equipo de quimioterapia, psicología, trabajo social, quirófano, anestesiólogo, a fin de romper barreras para que estos niños pudiera llegar al tratamiento y que les fueran comprados sus tratamientos.

Y después de tres años de quimioterapias, Edwin venció a la leucemia linfoblástica”.

La doctora también presentó a Adilene, quien tuvo que ser derivada a radioterapia a la Ciudad de México, porque padecía linfoma de Hudgkin, en etapa 2, con un tumor grande en el cuello, “aquí se operó, aquí le hicimos el diagnóstico, aquí con todo el equipo llegó a pediatría, enfermeras, posteriormente empezó su tratamiento con Saúl y con Viri, y sin ellos esto no puede pasar, somos un equipo bien grande, ella se fue a radioterapia a México como un mes y ahora ella está curada, ya la revisamos y no tiene rastros de enfermedad, damos por terminado su tratamiento y vamos a empezar la vigilancia”.

El doctor Gustavo Barrera, director del Hospital, expuso que las grandes batallas son libradas por los grandes guerreros, como estos pequeños que libraron sus batallas y se convirtieron en héroes, quienes con un diagnóstico temprano y una atención adecuada lograron superar la enfermedad, “el toque de campana simboliza el éxito del tratamiento, pero también es una forma de transmitir esperanza a los demás pacientes”.

En su mensaje protocolario, Mónica Langarica, oncóloga pediatra, dijo que era un honor representar la lucha contra el cáncer infantil, ya que el 15 de febrero, con la Declaración de Luxemburgo, se determinó desde 2001 que fuera el Día de la Lucha contra el Cáncer Infantil.

Expuso que portar un lazo dorado y conmemorar esta fecha, es para saber que este cáncer es detectable a tiempo, además de ser curable.

Dijo que se busca sensibilizar y capacitar al personal médico sobre esta enfermedad, pero sobre todo a las personas de primer contacto, como los padres, los tíos, abuelos y todos los cuidadores primarios, como los maestros, para que la sociedad tenga los apoyos para reconocer los síntomas del cáncer infantil.

Por su parte, el delegado del ISSSTE en Hidalgo, José Antonio Copca García, destacó que se trataba de un día muy emotivo, muy al contrario del primer momento en que los padres recibieron la noticia de que sus hijos tenían esta enfermedad, “se piensa en muchas cosas, pero gracias al trabajo de mucha gente y al apoyo de los familiares y a todo el esfuerzo que pusieron durante todo este tiempo, ahora el momento es diferente”.

Hoy reina más la alegría de decir: hemos luchado y hemos ganado, es una lucha ganada por todos”.

Resaltó que para el ISSSTE es un orgullo mostrar lo que tiene, con sus recursos humanos y su personal en las diferentes áreas, quienes dan todo día a día por atender y curar.
Copca dijo que actualmente tienen 9 casos bajo tratamiento en el servicio de oncología del ISSSTE en Hidalgo, “la mayoría de ellos con una evolución favorable”.

Mencionó que el cáncer a veces puede cambiar su evolución, señalando que en los últimos años, han atendido 15 casos de cáncer, tres de los cuales los pequeños desafortunadamente no lograron superar la enfermedad , pero el resto han salido adelante, por lo que invitó a detectar a tiempo el cáncer, exhortando tanto a padres de familia como a médicos en todas sus categorías, “a que siempre que tengan la sospecha o signo de que un niño tenga cáncer, inmediatamente hacer los estudios necesarios y referirlo al área correspondiente, para que se pueda detectar oportunamente”.

Los padres agradecieron a enfermeras, pediatras, al equipo y en especial a la doctora Mónica Langarica la entrega hacia los niños y por la calidad humana que tiene al haberlos ayudado y motivado en esta lucha, que ha sido un camino muy difícil, “pero gracias a Dios festejamos que nuestros niños han vencido el cáncer”.

Precisamente la mamá de Edwin, Fabiola Godínez Barrios dijo que estaba muy contenta de que su hijo haya ganado esta batalla, porque realmente es algo difícil. Apuntó que en el caso de Edwin, quien tuvo un diagnostico a tiempo, ella notó que se enfermaba muy seguido de gripa y cada que le daba, tenían temperaturas muy altas, “la última vez que se enfermó de gripa, el antibiótico que le dieron ya no le hizo efecto, seguía enfermo y después de haberse terminado el medicamento, le salieron puntitos rojos en la cara, se le inflamaron los ganglios, fue ahí donde lo diagnosticaron con leucemia linfoblastica aguda”.

Anteriormente presentaba cansancio, dolor de cabeza, sudoración excesiva”, añadió, al tiempo que destacó que para curarse, Edwin tuvo un trabajo en equipo, empezando con él, la doctora y la familia, porque es un tratamiento largo, con medicinas muy fuertes que los agotan, “pero gracias a Dios está muy bien”.

De igual forma, Lidia Gómez Ángeles, mamá de Adilene, indicó que era una alegría que su hija había logrado vencer al cáncer, porque es una enfermedad que es muy fuerte su tratamiento y hay que luchar mucho con ellos para salir adelante.

Adilene y su mamá indicaron que tuvo fiebres de 40 grados, que presentaba cansancio y dormía en exceso, “me sentía mareada y cansada”. Su mamá dijo que Adilene se despertaba con mucho dolor de cabeza, con fiebres altas, y notaron una bolita que se le hizo en el cuello, en los ganglios, “desde esa bolita, nos dimos cuenta que eso no era algo normal y los doctores ya nos dijeron que era cáncer”.

La mamá reconoció que el tratamiento es muy doloroso, por la radioterapia y quimioterapia, pero es algo que les ayuda y salen adelante, lo cual Adilene confirmó y dijo a los niños que al igual que ella, luchan contra esta enfermedad, “más que nada que sean fuertes en esto, porque sí es largo el tratamiento, y muy doloroso la verdad, pero a final de cuentas esto nos ayuda a nosotros, entonces así ya salimos y damos el paso de vencer el cáncer”.

Adilene sabe que libró y ganó la batalla, dejando atrás esta enfermedad y ahora va en pos de sus sueños, pues en el futuro piensa en ser diseñadora gráfica, “sí, me gusta manejar las computadoras, a cumplir mi sueño ahora sí”.