Ante lo que considera una concentración excesiva de poder en una sola ideología o una sola persona, que ha percibido en los últimos días, la Coparmex reclamó un “presidencialismo acotado, respetuoso de la división de poderes, de la soberanía entre niveles de gobierno, y con pleno respeto por la autonomía de los organismos, pues eso fortalece nuestra democracia”.

Ricardo Rivera Barquín, presidente del organismo empresarial, rechazó volver al “presidencialismo imperial; como país nos ha costado mucho dejar ese modelo de gobierno  que marcó la mayor parte del siglo pasado. Rechazamos tajantemente cualquier acción por ser la única voz que se escuche. Tan sólo desearlo es alarmante y peligroso”.

Al tiempo, el empresario señaló la necesidad de reconocer la labor de la Sociedad Civil “y agradecemos sus contribuciones, tan necesarias hoy como lo han sido siempre”.

En la Coparmex, dijo, “estamos viendo más estrategias contra los organismos autónomos del país, piezas clave de nuestra democracia, como las propuestas de recortes presupuestales que ya están afectando al Instituto Nacional Electoral y al Inegi”.

Preocupa que el Presidente quiera hacer creer a los ciudadanos que fueron engañados sobre la necesidad de que existieran organismos autónomos con expertos independientes. Parecería que, precisamente por eso, sólo se le quiere dar prioridad a la ideología y a las propuestas de los perfiles propuestos y no a su conocimiento o experiencia”.

Los organismos constitucionales autónomos, si bien perfectibles y mejorables son una condición necesaria para velar por los intereses de la ciudadanía frente a los intereses de pequeños grupos, sea en los mercados, en la economía o en la política, afirmó.

Por tanto, el empresario hizo un llamado “para que prevalezca el diálogo respetuoso y constructivo entre gobierno y sociedad civil, reconociéndose mutuamente el papel que cada uno tiene para hacer mucho por el país. Lo sucedido la semana pasada con la aprobación de la Guardia Nacional con mando civil es una muy buena señal de apertura y cercanía al sentir ciudadano, esos ejemplos tienen que repetirse”.

Llamó además a los hidalguenses a “reflexionar sobre lo que nos ha costado y el tiempo que nos ha tomado como país llegar hasta nuestro marco institucional actual. Han sido décadas de grandes logros conseguidos por ciudadanos para la constitución legal de los órganos autónomos”.

La autonomía y la eficacia de estas instituciones recae en su capacidad para la toma de decisiones, y en su gestión presupuestaria, y especialmente, en los perfiles adecuados para integrarlos. Cualquier acción que afecte estos elementos irá en perjuicio directo de sus resultados.

Considera Rivera Barquín que “el fortalecimiento democrático de nuestro país es un proceso de gran trascendencia que aún está inacabado; para seguir avanzando en él, es indispensable garantizar los espacios para la pluralidad de voces, así como la efectiva relación de pesos y contrapesos en el ejercicio del poder”.

Los organismos constitucionales autónomos conforman un ecosistema de contrapesos en beneficio directo de los ciudadanos. “En conjunto, con la plena inclusión de la sociedad civil organizada, forman los pilares indispensables para la toma de las decisiones más relevantes para el país”.

Corresponde a un sistema de mayor profundidad democrática, se dijo,  garantizar la existencia de espacios para la participación efectiva de la ciudadanía.

Las descalificaciones a la Sociedad Civil, considera la Coparmex, lejos de construir, nublan el debate para la generación de mejores políticas públicas. “Es una falta de respeto a la labor de estas organizaciones no reconocer su contribución en frentes como la educación, la transparencia, la seguridad pública, solo por mencionar algunos ejemplos”.