Si bien las mujeres resultan atractivas para la banca comercial en lo que se refiere a la expedición de tarjetas de crédito, las de mayor tasa de interés en servicios financieros, no lo son, sin embargo, al momento de autorizar líneas de crédito blandas para emprendedoras o empresarias. Sin embargo este sector de la población busca entonces financiamiento en la banda de desarrollo.
De acuerdo a expertos financieros, de los 94.7 millones de cuentas bancarias que se tenían en México hace exactamente un año, el 50.5 por ciento eran de mujeres… principalmente tarjetas de crédito para el consumo.
En contraste, se dijo, las mujeres constituye el 81 por ciento de la clientela que atienda la banca de desarrollo, con programas, por ejemplo, de garantías al crédito.
México es un ejemplo en América Latina de inclusión financiera de las mujeres; sin embargo existe aún barreras para acceder al sistema financiero y a programas de créditos blandos para empresas.
De acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), si bien las mujeres tienen acceso a servicios financieros, al momento de tratar créditos con tasas blandas de interés, la primera barrera son la galta de garantías, es decir, del respaldo en propiedades que aseguren la recuperación del préstamo y sus intereses.
Esto origina que exista unabrecha de 20 puntos porcentuales en la propiedad de activos frente a los varones.
Barrera que de acuerdo al BID, podría combatirse con herramientas como las soluciones de tecnología financiera (fintech), mediante el uso de inteligencia artificial, datos alternativos y algoritmos predictivos como substitutos de garantías tradicionales para calificar los préstamos.
De acuerdo con esta institución, las fintech ofrecen en América Latina una atención especial a las mujeres debido a la composición de su estructura, donde al menos en 35 por ciento de las mil 166 startups de tecnología financiera existen mujeres fundadoras, frente a un porcentaje promedio mundial de apenas 7 por ciento.
Para el BID, México es ejemplo en el mundo de que la información recopilada vía la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera puede incidir en políticas públicas que beneficien a las latinoamericanas.
En México se tiene además un mayor incremento en las adultas mayores con acceso a productos financieros –cuentas de ahorro, de crédito, fondo de jubilación, seguros, etcétera-, que se incremento de 50 a 65 por ciento entre 2012 y 2018, ante los varones adultos mayores que creció de 61 a 72 por ciento.
Incluso en los estados con menores ingresos per cápita, como Oaxaca, Chiapas o Tlaxcala, las mujeres tienen mayor presencia en la banca comercial, de 53 por ciento, frente a los varones. En contraste, en los estados con mayor ingreso per cápita las los porcentajes son inversos.
Finalmente el reporte del BID señala que la brecha de género se profundiza en materia de ahorros para la jubilación, pues sólo el 33 por ciento de las mujeres cuestionadas dijeron contar con ello, mientras que el porcentaje en los varones alcanzó 50 puntos.
Ello debe incidir en políticas públicas para incluir dentro de la seguridad social a las trabajadoras domésticas, lo que reduciría esta brecha.
A su vez el Global Findex del Banco Mundial informa que en México tres de cada 10 mujeres mayores de 15 años cuentan con una cuenta bancaria, cuando dentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), este indicador es de más de nueve de cada 10 mujeres.