Con solo cuatro verificadores para cubrir los 84 municipios en el estado, la delegación de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), utiliza el sistema de verificaciones aleatorias para tratar de hacer respetar los derechos de los consumidores, y sólo en las ciudades de Pachuca y Tulancingo, y muy esporádicamente, Ixmiquilpan y Tula.

Ante esta realidad, la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco-Servytur), de Tulancingo, así como la Canacope Pachuca, han propuesto a la Profeco encargarse de la verificación de las básculas de sus asociados, “y que les visite aleatoriamente y si encuentra irregularidades, que las sancione con todo el peso de la ley”, afirmó al respecto Alejandro de la Concha, presidente de la Canaco Tulancingo.

Con tan poco personal, la Profeco depende en gran medida de las denuncias que presentan los consumidores para actuar, y solo en temporadas muy especiales y de gran consumo realiza operativos para verificar que se respeten las normas comerciales establecidas en la Ley Federal del Consumidor.

En Tulancingo calcula la Profeco tener verificadas unas 300 básculas en tiendas de abarrotes, tortillerías, carnicerías, etcétera, pero tan solo en el comercio de abarrotes se calcula que existan unos cuatro mil aparatos.

Que se extienda la Profeco al comercio en tianguis y mercados

A su vez Héctor Bautista, presidente de la Canacope Pachuca, destacó la necesidad de que la Profeco regule también al comercio en mercados, tianguis y el ambulantaje.

En estos sectores la Profeco no interviene y los consumidores están desprotegidos totalmente”, afirmó el representante del comercio, al hacer notar la necesidad de “piso parejo” para todo el comercio.

Se pronunció el empresario por un “piso parejo”  para todo el comercio, tanto en reglas de operación como en materia fiscal, a fin de terminar con la competencia desleal que representan quienes laboran en la informalidad económica.

Si todos pagamos impuestos, si todos aportamos, la carga será menor”, subrayó.

Aceptó Bautista que con solo cuatro verificadores es muy poco el control que puede ejercer la Profeco en el comercio, “pero entonces puede recargarse en las cámaras empresariales, las que estamos dispuestas a colaborar con esta dependencia.”

 

Sin precios a la vista del público

La poca actuación de la Profeco en Pachuca se evidencia con el incumplimiento del comercio en los mercados y tianguis de la única norma que protege a los consumidores de los precios, liberados: la obligación que tiene el comerciante de ostentar precios a la vista del público.

Basta recorrer los mercados y tianguis citadinos para observar que no hay precios a la vista del público y estos se fijan en el momento de la compra por el comerciante.

La obligación de ostentar precios a la vista del público tiene por objetivo que el consumidor pueda comparar precios y calidad de los productos para decidir en dónde la conviene más comprar.

Es frecuente observar que los comerciantes se hacen los sordos, murmuran o de plano se molestan cuando se les pregunta el precio de los productos antes de realizar la compra.

Ambos representantes del comercio coincidieron en señalar la apertura demostrada por la nueva delegada de la Profeco en Hidalgo, Italia Almeida, quien les recibió recientemente y escuchó sus propuestas.