La taza de informalidad en Hidalgo es la cuarta más alta en México, con un 73.8 por ciento y se coloca entre las más altas en América Latina sin reportar una disminución durante la última década, de acuerdo con el más reciente Estudio Territorial de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).​

Al respecto, la OCDE refiere que la brecha relativa con el promedio mexicano ha permanecido prácticamente igual desde 2005 indicando una falta de progreso en la reducción de la informalidad desde la década pasada.

El reporte reveló que los individuos más jóvenes y con menor grado de escolaridad que viven en municipios con una menor densidad poblacional, tienen mayores probabilidades de obtener empleos informales, en cambio, los municipios con bajas tasas de informalidad se correlacionan con altos niveles de PIB per cápita, una mayor proporción de actividades manufactureras y de alta densidad poblacional.

De los sectores económicos del estado, destaca que el grueso del empleo agrícola es informal con un panorama de ocho a uno por cada empleo; sin embargo los sectores de servicios, construcción y el sector gubernamental también poseen una importante proporción de empleados informales.

En cuanto a la educación básica, aunque se tiene un mejor desempeño que el promedio nacional en la evaluación PLANEA; la calidad de su educación superior es baja en términos de desempeño en exámenes internacionales estandarizados de educación como PISA, ocupando la posición 94 entre 133 regiones alrededor del mundo y la posición 20 de los 32 estados de México, con las calificaciones más bajas en matemáticas.

El informe de la OCDE considera que Hidalgo necesita incrementar el nivel educativo de su población en edad laboral pues el promedio de escolaridad en el 2015 fue de 8.7 años, por debajo del promedio nacional que es de 9.2 años.

Es decir, la mayoría cuenta solo con educación básica, lo que representa un 60 por ciento de la población; y la proporción que tiene educación secundaria y terciaria es de un 39 por ciento; lo que está muy por debajo del promedio de las regiones de OCDE que alcanzan al 74 por ciento.

El estudio recomienda incrementar la participación en educación superior y alejar a las personas de la agricultura de subsistencia, decrecer la informalidad laboral en el sector público a nivel estatal y municipal, incluir la reducción de informalidad como un objetivo prioritario en el Plan Estatal de Desarrollo y coordinar las diferentes secretarías hacia esta meta.