Disfruta la magia de lo simple

Con el tiempo (cuando aprovechamos las experiencias), aprendemos muchas cosas entre ellas el distinguir lo que es realmente importante, lo que nos lleva a reacomodar nuestras prioridades y también a disfrutar la magia de lo simple: un paseo por el parque, la sonrisa de las personas que amamos, su presencia, una película que nos conmueve o nos motiva, una tarde de lectura, la sobremesa después de la comida; un recorrido en un museo, caminar de la mano con la pareja, un mensaje, una llamada que nos alegra el día, una canción que mejora tu ánimo… y así una larga, muy larga lista de pequeños detalles, momentos sencillos que le dan color a los días y nos abrazan durante la noche.

No se necesita demasiado para ser feliz o para gozar de la vida; a veces las expectativas que surgen de lo que se señala como necesidades para alcanzar la felicidad nos impiden atesorar lo que en realidad nos alimenta emocionalmente.

La magia de lo simple no se ve, se siente. Si lo pensamos bien, si hacemos una pausa para pensar sobre lo que sentimos nos sorprenderemos al descubrir lo bien que estamos cuando nos relajamos y disfrutamos de lo simple.

De lo que no cuesta tanto pero vale mucho.

¿Has pensado qué es lo que te hace feliz en el día a día? Tal vez sea el café por la mañana, la hora en que haces ejercicio, el encontrarte con gente amable por la calle… regresar a casa para estar con tu familia, el abrazo de tus hijos… ¿qué te hace feliz a ti?

Solemos enfocarnos en los problemas, los pendientes, en lo que falta, buscamos relaciones perfectas más que relaciones saludables, queremos creer que ser feliz es vivir sin conflicto alguno o que necesitamos ser o tener más de lo que somos o tenemos para sentirnos completamente satisfechos… y en ese intento dejamos de ver y valorar que lo más sencillo puede ser nuestra principal fuente de alegría y tranquilidad.

Cuando se vive esperando el momento ideal se deja de vivir lo que es real, y este es el motivo de arrepentirse por no haber disfrutado más lo que se tuvo, y se nos puede pasar la vida sin vivirla de verdad.

Nos vendría bien abrir los ojos y disponernos para percibir esos momentos o detalles especialmente mágicos que nos esperan cada día.

Esperar que lo mejor de la vida llegue envuelto y con serpentinas puede ser una espera tediosa y desgastante, cuando la felicidad se tiene al alcance y nos es entregada cotidianamente en pequeñas dosis.

Haz un recuento de lo que vale la pena, de lo que es más importante, de lo que tiene más valor para ti y la próxima vez que lo vivas disfrútalo por completo y agradécelo.

Hay una gran cantidad de personas que quisieran tener lo que tú has dejado de ver, y también mucha gente que es más feliz que tú aunque no tenga lo que tú tienes… El tiempo para vivir y disfrutar la magia de lo simple es ahora.

Olvídate de lo que no hiciste antes, a partir de hoy puedes empezar a encontrar la magia, la chispa o como le quieras llamar a lo que aparentemente es simple pero que en el fondo es lo más importante.

No esperemos, la vida no espera, es aquí y ahora. ¿Qué te impide disfrutar la magia de lo simple? ¿Tus creencias? ¿Lo que piensas que mereces?, no seas tú quien impide que lo bueno te alcance… ¡Vámonos a vivir! ¡A vivir de verdad!… ¿Lo pensé o lo dije?

¡Abrazos!

Psicóloga/Conferencista

@Lorepatchen