Empoderamiento
No cabe duda de que el empoderamiento de las mujeres en la vida política del estado va más que en serio, principalmente porque en los últimos años, meses, semanas y días se han presentado acontecimientos que así lo demuestran, en casos como lo sucedido apenas la semana pasada al interior del Partido del Trabajo, donde una sola mujer logró lo que muchos petistas no a lo largo de más de 20 años: expulsar a Arturo Aparicio Barrios.
En ese partido con una trayectoria de poco más de 20 años, casi desde sus inicios en la entidad muchos de sus personajes comenzaron a denunciar todo tipo de irregularidades, sin que hasta hace año y medio nadie lograra hacerle nada a ese personaje que saltaba de la dirigencia a un cargo de elección popular como diputado local o regidor sin dejar de dirigir al partido de la estrella; siempre bajo el amparo de la figura de comisionado nacional que tuvo hasta hace un año en que fue suspendido de sus derechos.
Sin embargo, el error más grande que cometió Aparicio Barrios fue el haber agredido física y verbalmente a su expareja que también pertenece el mismo partido y quien de alguna manera decidió que su caso no quedara impune y que se le sancionara conforme a ley, por lo cual desde hace un año fue suspendido de sus derechos en el PT, pese a que quienes dieron a conocer la noticia se han desistido y no se han atrevido del todo a fortalecer la noticia que de manera interna les ha dado mucha alegría.
Lo relevante de este episodio demuestra que hay mujeres que ya no están dispuestas a dejar que sean pisoteados sus derechos y que además se les ha obligado a luchar por los mismos hasta sus consecuencias finales, como en este caso donde tampoco se permitió la impunidad en un caso de agresión física que por mínima que pudiera ser o parecer, no debería darse ni suceder y mucho menos en los niveles donde el agresor es una figura pública.
Lo anterior demuestra que no hace falta tener enemigos políticos, sino que con los que se tiene en casa es más que suficiente como para crear problemas que cimbren las estructures de un partido y que además repercutan en el ánimo de la militancia, que en estos casos llega a ser la más de las afectadas por situaciones en las que siempre se les advierte que no deben hacer y que son los dirigentes los que las cometen creyendo que no pasará nada.
Pero al mismo tiempo esta situación deja ver lo mejor de todo, y es que las mujeres están totalmente dispuestas a ejercer ese empoderamiento del que siempre se ha hablado y por el que no deberían de luchar, pero que al final de cuentas saben que al no ser respetados sus derechos los tienen que buscar, lamentablemente de formas en las que se dieron en el Partido del Trabajo donde en estos momentos los esfuerzos son desesperados para poder salir adelante, principalmente por una situación que aunque no lo digan, les resultó no solamente incomoda sino también vergonzosa por la manera en que dio el incidente que ha dejado a Aparicio Barrios totalmente fuera de toda actividad política, al menos en el PT.