El psicólogo José Luis Ugalde Monzalvo, del Centro de Intervención Psicoemocional Mente en Equilibrio, situado en Pachuca, explicó algunos rasgos de la depresión, la cual debe atenderse como un todo integral, ya que no solo se debe tomar en cuenta aspectos biológicos, emocionales y sociales, pues en últimas fechas, la ciencia está dando un sitio importante a la esfera espiritual de los individuos.
Indicó que la depresión puede tener varios gradientes en cuanto a la manera de aparición, ya sea por motivos psicógenos, que son propiamente de la personalidad y el desarrollo de la misma en edades tempranas, y si la depresión es causada por agentes externos, sería el caso de una depresión exógena, o bien puede ser una combinación de ambas, por factores de personalidad y factores exógenos, como es el contexto familiar o algunos otros estresores que la desencadenen, como el ambiente laboral, escolar o de relaciones interpersonales.
De ahí puede partir la evolución de este cuadro así como su diagnóstico, “puede haber personas que transcurran en la vida diaria con rasgos depresivos y no estén diagnosticados”.
Indicó que si hay un factor exógeno que desencadenó una depresión, de la vida cotidiana, ya sea único o repetitivo, puede ser que impacte la personalidad y las emociones del individuo de manera aguda, “a esto se le denomina episodios depresivos, y que precisamente tenga qué ver con un trastorno depresivo de la personalidad”.
Estos episodios depresivos, dependiendo de su duración o de su manifestación, pueden ser leves, moderados o graves, los cuales con un buen tratamiento tienen un pronóstico favorable, los cuales pueden ser abordados por un equipo multidisciplinario, por profesionales de la psiquiatría, psicólogos, psicoterapeutas y médicos que hagan un examen general de salud, para que se prescriba al individuo un tratamiento integral para su mejor evolución.
La depresión puede ser una enfermedad que puede llegar a tener el paciente al mismo tiempo que otros cuadros de trastornos de personalidad.
Ugalde Monzalvo apuntó que los rasgos depresivos se deben diferenciar de los rasgos de personalidad distímica o que tienden a la distimía, que es una forma de depresión crónica que evidencia un aplanamiento afectivo, que puede durar años sin una manifestación aguda y la persona se lo guarda a sí mismo.
Sin embargo, los episodios o rasgos depresivos vienen con una manifestación más o menos aguda de llanto, de una profunda tristeza, desinterés que anteriormente le llamaban la atención a la persona, cambios de conducta, la persona se siente con malestar y busca medios alternativos de buscar satisfacción, “y en estos periodos a veces se empieza a combinar con cierta angustia de cómo me estoy sintiendo, y busco medios alternativos, que pueden ser desde consumo de sustancias, desde buscar por medios alternos satisfacción, tal vez en medios sociales, o también presentan cierto aislamiento”.
Físicamente, las personas con depresión se expresan con vacíos o dolor en el pecho, no pueden explicar ciertos vacíos de tipo existenciales, y es donde se asocia con contenidos del pensamiento, ya no solo manifestaciones físicas, sino con contenido de pensamientos, en donde se asocie con situaciones de conflicto, en donde el paciente no encuentra la solución, “las puertas están como alejadas, están cerradas o no están como muy al acceso”.
También puede estar asociado con una deficiencia de comunicación en los núcleos familiares o los más cercanos a sus relaciones.
Hay que estar atentos a las situaciones de depresión más graves, porque se asocia con la idealización del autodaño o autoidealización suicida, en un sentido de angustia extrema”.
La idea de recurrir al suicidio significa que el afectado está en una situación de angustia y de desesperación franca, “ahí es donde se prenden los focos amarillos y rojos”.
En grupos de edad, la manifestación de depresión es mucho más aguda, que en los adultos y adultos mayores, que pueden estar asociadas a pérdidas o rupturas en sus relaciones.
En adolescentes es muy importante en todo momento que las personas que están cerca de ellos, si perciben cambios en sus patrones de conducta y de contenido de pensamiento, que sean más radicales que los cambios naturales que ocurren en ese periodo de la vida, “cuando los cambios van más allá de los patrones naturales, es importante que el adulto pueda percibirlos y poder socializar con algún experto esta situación”.
Evidentemente consideró que ante las cifras, se puede hablar de la depresión como un problema de salud pública, no obstante, dijo que aunque hay personas con rasgos de personalidad depresiva, en cambio hay otras que son muy resilentes que mantienen una línea de estabilidad emocional ante sucesos adversos que enfrentan.
Pero también es importante hablar de la esfera espiritual, no solo quedarnos con la parte de que el individuo es un ente biopsicosocial, tenemos que incluir dentro de la ciencia, estar atentos a un campo del ser humano que es la esfera espiritual”.
Si tenemos esta perspectiva de este bienestar en las cuatro esferas, podríamos estar infiriendo una buena perspectiva ante el devenir de las situaciones y los efectos que generan la depresión, por eso la importancia que desde niños sepamos que las esferas del individuo son importantes en cuanto a la vigilancia, ninguna supera a la otra, todas están correlacionadas, si tenemos un problema de salud, nos va a afectar el aspecto biológico, emocional, social y espiritual. Independiente de la religiosidad, el hecho de creer en algo, puede ser el factor que haga la diferencia”.