Filas de consumidoras tan largas que salen del establecimiento hasta la calle, se observan en estos días en las tiendas de telas del centro de Pachuca; manteles con motivos navideños, telas para cortinas también con estos motivos, “pies de árbol”, coronas de adviento y una infinidad de productos para adornar los hogares, esta próxima navidad, es lo que más se consume.
Las familias pachuqueñas se preparan para adornar el hogar y conmemorar, dignamente, el nacimiento de Jesús, el próximo 24 de diciembre.
Entre esta decoración destaca el árbol de navidad, considerado por todos como el máximo símbolo de una fiesta popular, así como los “nacimientos”, en este caso, montados por quienes profesan la religión católica.
8 de diciembre, fecha para “poner el árbol”.
Contrario a lo que muchos piensan sí existe fecha para instalar el árbol de Navidad y es el día 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción.
Fue el Papa Pío IX quien definió este dogma, en 1854, decretando como fecha exacta para conmemorar la inmaculada concepción de María.
Pero decorar un pino en esta fecha no es una costumbre originada dentro del catolicismo; la tradición se remonta a la cultura nórdica de decorar árboles para celebrar a Frey, el Dios del Sol y la Fertilidad, a mediados del milenio anterior.
Para la cultura nórdica el árbol simbolizaba el Universo, mientras que su copa era el hogar de los dioses. Debajo se encuentra el palacio de Odín y en sus raíces se localiza el reino de los muertos.
Al llegar los europeos a la región nórdica, adoptaron la hermosa tradición pero la acondicionaron a los festejos propios de la Natividad católica.
Con la evangelización llegó a América la tradición de montar representaciones de pasajes evangélicos y el nacimiento de Jesús, los nacimientos, pero también, la de decorar un árbol decorado. La religión católica agregó el elemento de colocar una estrella, la estrella de Belén, en la rama más alta del árbol.
Con el paso del tiempo las velas que eran encendidas en el árbol, y que simbolizan la luz que trajeron las enseñanzas de Jesús, fueron sustituidas por las pequeñas “series” de minúsculos y coloridos focos una vez que se produce electricidad.
En México el primer árbol de Navidad data de 1864 y fue montado, para deleite de todos, por los emperadores Maximiliano y Carlota, que buscaron con ello replicar en el castillo de Chapultepec la celebración europea.
En América –en las Colonias de migrantes en Norteamérica, hoy Estados Unidos-, y de ahí al resto del mundo, se le añadieron al árbol navideño más elementos de decoración como listones, figuras de personajes navideños como Santa Claus, renos y paisajes nevados, moños y esferas de colores.
En México se dio un toque especial al arbolito navideño al adornársele con nochebuenas, la hermosa flor roja originaria y que florece, contrario al resto de las demás flores, en otoño e invierno.