La Fundación Arturo Herrera Cabañas culminó este año su ciclo de caminatas denominado Caminando Hidalgo, que es retomar precisamente la iniciativa de Arturo Herrera de recorrer las montañas y paisajes hidalguenses, entre el senderismo y la escalada.

Este año, los grupos que hicieron los recorridos oscilaron entre los 40 a 80 personas, quienes iniciaron en enero con un recorrido por el viejo Pachuca, recorriendo 8.7 kilómetros de la capital hidalguense; en febrero se recorrió el camino del tranvía que salía de Pachuca a Real del Monte, caminando una distancia de 8 kilómetros, para en marzo salir a caminar hacia El Señor de las Maravillas, este siendo una caminata de 15 kilómetros.

En abril caminaron por Mineral del Chico, en mayo lo hicieron hacia el camino del Contadero, pueblo enclavado en el bosque de El Chico, mientras que en junio hicieron el camino de Ermitaños y en Julio subieron al Cerro del Tecajete, un volcán enclavado en el municipio de Zempoala.

En agosto caminaron en el Cerro de las Navajas, enclavado en el municipio de Epazoyucan, la zona más alta de Hidalgo, para luego en agosto caminar hacia el Acueducto del Padre Tembleque, en Zempoala, y en octubre dirigieron su andar hacia Peñas Cargadas.

En noviembre encaminaron sus pasos hacia el barro de Camelia, para llegar al Acueducto Media Naranja o Acueducto de Camelia, un lugar que increíblemente los pachuqueños de muchos años no conocíamos y que en la actualidad se le ha dado mucha promoción, ya que se trata de un espectacular acueducto franciscano que data de la época colonial, una de las joyas arquitectónicas con que cuenta la ciudad de Pachuca, que merece ser valorado de la misma forma que el Reloj Monumental y que incluso hasta 1983 abastecía todavía de agua a la ciudad.

Y en diciembre caminaron de nuevo Pachuca centro, entrando a la Capilla de la Luz, para culminar con una convivencia en las instalaciones de la Fundación Arturo Herrera Cabañas, donde se realizó una entrega de reconocimientos a quienes fueron asiduos a estos recorridos, que presidieron Tonatiuh Herrera, Marco Antonio Díaz Cortés, Zenón Rosas y Heladio Vera.

Precisamente Zenón Rosas, uno de los guías, señaló que mes tras mes han tenido una afluencia entre 40 a 80 personas, aunque en total son 140 personas que se han integrado a estas caminatas, conformando ya una comunidad.

Destacó que este año son más de 150 kilómetros los que recorrieron sumados, “aunque hay que ser honestos, no se trataba de recorrer muchos kilómetros, sino la idea básica es que el paseante conociera los alrededores de Pachuca y algunos caminos que salían de Pachuca, mineros básicamente”.

Detalló que esos caminos son el de Pachuca a Real del Monte, donde inclusive corría un tranvía de servicio público y que también abastecía de material a las diferentes minas de la región, que pasaba por Dos Carlos hasta llegar a la mina de La Rica.

Otra ruta colonial fue el Camino Real de Pachuca, que conecta el centro de Pachuca con el centro de Mineral del Chico, y un tercer camino que poca gente conoce, que es el camino que conectaba a Pachuca con todo el Valle del Mezquital, el cual se ocupaba antes de ser construida la carretera federal, que Pachuca sale a la Hacienda de la Concepción, luego a la presa del Durazno y de ahí comienza a descender  la bajada del Caracol, hasta llegar a Ojo de Agua, San José Tepenene, El Arenal y culminar en Actopan.

Anunció que para este año se tienen consideradas otras 6 caminatas, las cuales se van a calendarizar en estos días, siendo la primera hacia el Cerro de San Cristóbal, guardián de la ciudad de Pachuca, su centinela con vistas espectaculares, pero también están planteando caminatas al Cerro de Los Pitos, otra vez subir al Tecajete, entre otras.

Heladio Vera compartió que estas caminatas fomentan la camaradería en campo abierto, ya que se magnifica el vínculo y se hace comunidad, ya que los grupos son muy solidarios y se echan la mano y se adecuan al ritmo de quienes menos pueden, donde van al encuentro de vestigios mineros, haciendas pulqueras, santuarios y laboríos mineros que son riquísimos, con mucha historia para la ciudad.

Pero las caminatas, también tienen un cronista en la persona de David Ordaz Bulos quien refiere que esta experiencia lo ha impactado, ya que el primer recorrido partió de la ex zona de tolerancia de Pachuca, lo que fue conocer una historia increíble que conectó incluso historias tanto familiares como de la ciudad y del estado, “estas crónicas han sido develar una cartografía que está oculta, con historias que vienen de los prehispánico, coloniales hasta historia más modernas, es una historia que nos pertenece”.

Algunas de esas crónicas están publicadas en la página denominada planisferio.com.mx.

Alejandra Huautle, reconoce que fue muy ilustrativo, porque aunque no practicaba el senderismo, le gustaron estos recorridos, por lo que continuará integrándose, ya que han visitado lugares que no tenía idea que existían.