El coronavirus ha despertado las más diversas reacciones en la sociedad hidalguense, desde tomarle la importancia debida, con el miedo que conlleva este nuevo virus, hasta la incredulidad de algunos sectores, que aunque son los menos, desafían el problema y le restan importancia, convirtiendo su conducta en un peligroso desdén.
Al ser los medios de comunicación uno de los sectores esenciales en esta pandemia, de acuerdo a la disposición de la Emergencia Sanitaria emitida por el Consejo General de Salubridad, se cumple la tarea de mantener informada a la población, y en el camino se encuentra todo tipo reacciones, pues el tema del coronavirus está omnipresente en todas las charlas.
Algunas personas aún son reticentes a esta pandemia de COVID-19 y no le brindan la importancia debida, como se pudo apreciar con dos alegres hombres que charlaban animadamente en la base de combis en la calle de Hidalgo, en que uno mencionaba, “pues si Dios dice que te toca, aunque te quites, y si no, aunque te pongas”.
Un taxista, con pelo entrecano y entrado en años, mientras maneja comenta al sorprendido pasajero que él cree que eso del coronavirus es un invento del gobierno y de los Estados Unidos para tratar de controlar a la población y la economía, “¿A poco no, joven?”. De este corte, también hay muchos conspiranoicos en las redes sociales.
En la combi, dos señoras conversan sobre la necesidad de ir a sus labores, “pues yo agarró y me llevó mi gel que salió bien bueno, porque en todos lados ya están bien caro, y a ver qué Dios dice”.
A las afueras del Aurrerá Matilde, se le obliga a la gente a que ya debe entrar una sola persona a hacer sus compras y ya no pueden entrar en grupos, en bola, en familia o en pareja, lo que causa el enorme disgusto de muchas personas, que deben esperar afuera. Algunas echan pleito queriendo que los dejen ingresar y otras, las más, acatan la disposición, pues comprenden que es medida sanitaria contra el COVID-19.
Entre los que se enojan por ser rechazados, en su frustración, sueltan un, “pues de algo nos hemos de morir”. Esta misma frase se escucha en chanza en una conversación entre dos locatarios del Guzmán Mayer, al pasajero de una Urvan que al teléfono, al parecer conversa con su enamorada y al amigo que aguarda afuera de la iglesia de La Villita.
Los 34 casos y 5 defunciones que se han presentado en Hidalgo aún no persuaden a algunas personas, pero aunque en Pachuca la gente parece empezar a cobrar más conciencia del peligro de tenerlo ya en la capital hidalguense, en otros municipios, los reportes son de que la vida sigue su curso normal, como si no pasara nada.
Insistente ha sido el doctor Hugo López-Gatell por todos los medios en la recomendación de permanecer en casa y guardar la sana distancia, pero todavía hay atarantados que les entra por un oído y les sale por el otro. Algunos incluso se mofan de quienes traen cubrebocas o son recurrentes al gel antibacterial.
Incluso en las redes, circulan videos hipnóticos con el subsecretario de Salud federal repitiendo “quédate en casa”, hombre que por cierto, se ha vuelto el centro de atención de grandes sectores de mujeres, quienes no reparan en elogios al funcionario que comanda la estrategia contra el coronavirus en el México, que concita además su admiración.