Prof. Raúl García Gutiérrez

“Se les van a quemar los ojos con la televisión”. “Se van a quedar ciegos”. “Los estudios no valen”. Eran algunas de las frases que se escucharon en los años 70, cuando inició el subsistema de Telesecundarias, en la Sierra Alta de nuestro querido estado de Hidalgo. Con mucho trabajo y sacrificio, cientos, tal vez miles de profesores de todo el país, principalmente de primarias, aceptaron el desafío de echar a andar el proyecto innovador del maestro Álvaro Gálvez y Fuentes, en ese entonces, director del Departamento de Educación Audiovisual de la SEP. Con el apoyo de la televisión se logró llegar a muchos de los rincones más apartados del país donde, al terminar la primaria, las niñas se iban a las labores domésticas y los niños al trabajo del campo. La educación secundaria, a través de la televisión se convirtió así, en un detonante de progreso para México.

Al profesor Leonardo Vargas Machado, predecesor del maestro Álvaro, se le reconoce como uno de los pilares del subsistema, al organizar y encabezar grandes movimientos magisteriales a nivel nacional, buscando la consolidación del naciente proyecto.

Con el acuerdo firmado con los gigantes de la televisión abierta en México, la SEP pretende llegar al mayor número de hogares mexicanos para llevar, en un proyecto similar a Telesecundarias, los contenidos educativos a los niños y niñas de educación preescolar, primaria, secundaria y bachillerato. Un punto importante es que las televisoras no producirán los contenidos, solo los trasmitirán a través de nuevos canales, dedicados exclusivamente para este fin.

En un proyecto que se antoja de enormes dimensiones, la SEP anuncia que se encargará de producir los programas. A partir del anuncio del Secretario, solo tendrán 21 días para tener listos los contenidos mínimos para este regreso a clases a distancia.

En el modelo de Telesecundarias se cuenta con un “telemaestro”, que explica, dentro del programa, los contenidos a abordar; adicionalmente, un maestro de grupo, que retroalimenta y evalúa a los educandos, de forma presencial. La pregunta surge: ¿Quién asesorará a los niños y niñas en casa? ¿Cuáles serán los canales de comunicación maestro-alumno? Como bien dijo el Secretario durante la conferencia “mañanera”, los maestros son insustituibles.

Se espera que la cobertura de las televisoras comerciales y los sistemas estatales de radio y televisión lleguen a la gran mayoría de la población, se harán las traducciones necesarias a las lenguas originales que hay en nuestro multicultural país, se ha anunciado la puesta en marcha del reparto de libros de texto gratuitos, en algunos estados ya se está anunciando, incluso, la elaboración de guías o cuadernillos de apoyo para los alumnos, pero dentro de este hilo virtuoso hacen falta, o no se han mencionado con detalle, el seguimiento, retroalimentación y evaluación de los aprendizajes esperados en cada asignatura.

Al no definirse claramente las estrategias a seguir por parte de las Secretarías de Educación Estatales, nuevamente los maestros echarán mano de su creatividad para establecer esas relaciones con sus pupilos. Conozco maestros que durante la recta final del ciclo escolar anterior, acudieron a las comunidades donde laboran, a entregar y recibir el trabajo escolar hasta la puerta de las casas, con todas las medidas de cuidado, higiene y sana distancia, ante la imposibilidad de los niños y sus padres de contar siquiera con un dispositivo móvil para comunicarse.

Esperemos que este “Aprende en Casa 2.0” tenga mejores resultados, sobre todo con la experiencia ya vivida al inicio de este año 2020 que no para de sorprendernos. Con afecto, envío mi reconocimiento y aplauso a los pioneros de Telesecundarias en el Estado de Hidalgo.
Con gusto leo sus comentarios.
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