Galdino Rubio Bordes
Hoy deseo comentar sobre un tema que causó una amplia discusión, en razón de muchos intereses encontrados y fue la modificación a la Ley General de Salud en materia de etiquetado, particularmente nació la Norma Oficial Mexicana NOM-051, que regula el etiquetado sobre alimentos y bebidas no alcohólicas.
Los datos deben ser ubicados en el frente de los productos, informando de manera veraz, clara, rápida y simple sobre el contenido de los nutrimentos críticos y demás ingredientes, permitidos por la Secretaría de Salud.
A efectos de encontrar lo más conveniente para los consumidores, participaron en mesas de trabajo representantes de la Secretaría de Economía, Secretaría de Salud, Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), Sistema Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad (SENASICA), 27 Cámaras y Confederaciones Nacionales de Empresarios y Productores, Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), y muchas entidades más. (mayores detalles https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5575205&fecha=11/10/2019).n).
¿En qué consisten estas modificaciones?
El propósito es que el consumidor final, conozca la información comercial y sanitaria sobre los ingredientes de los productos que pueden representar un riesgo para la salud en productos preenvasados. Esta acción es a través de las etiquetas.
Le nombran sellos a la forma de comunicar o advertir que un producto tiene excesos de: grasas trans (la peor para la salud, aumenta el colesterol malo), azúcares (carbohidratos), calorías, sodio, y grasas saturadas (con exceso eleva el mal colesterol).
Habrá también una leyenda que advierta acerca de si el producto a consumir contiene cafeína y edulcorantes, pues son ingredientes no recomendados para su ingesta para menores de edad.
De igual forma existe la exclusión de personajes y dibujos dirigidos a los niños.
¿Por qué saberlo? ¿Por qué advertirlo?
Por el constante incremento del sobrepeso y obesidad en nuestro país, particularmente en niños, donde, en proporción porcentual somos el país que tiene el primer lugar de niños con obesidad (UNICEF) y el segundo en adultos.
Las enfermedades cardiovasculares provocan el deceso del 54% de la población nacional (Asociación Nacional de Cardiólogos al Servicio de los Trabajadores del Estado). Estos padecimientos se originan, en su mayoría por obesidad y sobrepeso.
Desde la perspectiva de dinero, a nuestro país le cuesta el 5.3% del PIB, pues afecta a tres de cada cuatro mexicanos, de acuerdo a los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Visto así, como lo autorizaron nuestros representantes populares, el tema estaría bien atendido, sin embargo, estimado lector, aquí entre nosotros y en privado, hágame favor de dar respuesta a unas sencillas preguntas. Por supuesto la respuesta es para usted: ¿Sabe qué es una grasa trans? ¿Sabe qué es una caloría? ¿Tiene idea que son los nutrimentos críticos? ¿Qué conoce sobre los carbohidratos? De acuerdo a su edad, sexo, actividades diarias, ¿Conoce cuál es la dieta que necesita? ¿Qué sabe del sodio?
Le pregunto esto, porque eso encontrará en miles de productos y entonces se hará necesario entenderlo.
Amablemente deseo conceder que los Diputados y Senadores se esforzaron mucho por hacer esta Norma Oficial Mexicana, que aparte de desquitar sus sueldos, desean aportar algo bueno, pero en verdad me queda una gran duda de su beneficio.
¿Sabe usted por qué? Porque no tenemos educación nutricional ni educación física. La gran mayoría de las personas desconocemos cómo funciona nuestro organismo, Tampoco queremos saber mucho de ello y cuando caen enfermos, jamás aceptamos que no tenemos, ni cuidado ni respeto por nuestro cuerpo.
Si deseamos combatir el problema de obesidad y sobrepeso, nuestro Gobierno debe incluir la materia de Educación Nutricional desde el nivel de preescolar, impartida por Lic. en Nutrición, pues el perfil de los Profesores y Maestros de Educación Básica, no es el de Nutriólogos, así que no queramos cargarles más responsabilidades.
Entiendo, como seguramente usted también, que las personas no pueden dar lo que no tienen, y de esta regla no se encuentran exentos nuestros representantes populares, que desean combatir las consecuencias y no ven el origen del problema: la ignorancia de la buena nutrición.
Así nuestra salud y los políticos.
garubo58@gmail.com