La verdad es que ya se le ve muy cansadita a la Reina Isabel Segunda de Inglaterra, yo creo que sólo es cuestión de tiempo para que se anuncie su abdicación al trono en favor de su hijo mayor Carlos Felipe Arturo Jorge Mountbatten Winsor, Príncipe y gran senescal de Escocia, Duque de Cornualles, Duque de R01othesay, Conde de Chester, Barón de Renfrew y Señor de las Islas.

No es que tenga bolita mágica, ni contactos de primera línea en la Casa Real inglesa. Es que el poder en su expresión más hegemónica, siempre utiliza las mismas estratagemas para anunciar eventos de esta naturaleza, ¡ya que le cambien!

En los últimos días canales internacionales de televisión han estado presentando diversos programas no solo sobre Isabel, sino también sobre la monarquía inglesa, cuando el río suena es que agua lleva dice el dicho, siempre se acude a la caja china, de una u otra manera.

En enero pasado, el príncipe Harry, nieto de Isabel y sexto en posición en línea de sucesión al trono, anunció que él y su esposa Meghan se apartaban de sus funciones en la Corona, dejarían de tener el título de Su Alteza Real y no recibirían más financiamiento público.

La prensa lo dejó ver en aquella ocasión como que los Duques de Sussex, abandonaban los rigores de la corte y optaban por una vida más disipada, hay que recordar que Meghan es plebeya y que quizá ella habría incidido en la decisión.

Pero todo parece indicar que fue Harry, esto quiere decir que la Reina ya anunció a su familia desde hace rato su decisión de dejar el trono, su sucesor es su hijo mayor Carlos, pero resulta que junto con Carlos asumirá como Princesa consorte Camila Parker Bowles, título que no existe, pero qué para no mancillar la memoria de Diana Spencer, le adjudicaron. Otra cosa será cuando Carlos ya sea Rey y le otorgue a Camila el título que le correspondería por ser su esposa, es decir Reina consorte.

Se habla también en la prensa inglesa de los desacuerdos entro los dos hermanos. Así que el cambio en la monarquía inglesa no será nada sutil.

Isabel Segunda es ya la soberana con mayor antigüedad en el trono de Gran Bretaña, lo asumió el 2 de junio de 1953, es decir que lleva 67 años con la corona en la testa.

Ella asumió cuando su país se encauzaba a la recuperación tras la segunda guerra mundial, en general el mundo estaba en calma. Para Carlos la situación es totalmente distinta, estamos en plena pandemia de Coronavirus, el manejo que de esta situación ha hecho el Primer Ministro Boris Johnson es por decir lo menos errática, la economía en picada, el desempleo al alza, más la familia dividida.

Por supuesto Harry no olvida que fueron las traiciones y manipulaciones de Carlos y Camila las que hicieron a su madre Diana, tan infeliz. Hace días, una de esas plataformas sobre chismes subió un video con el pueril intento de romantizar la relación entre estos personajes, con algo así como que habían tardado 35 años en realizar su amor. Lo más interesante, por cierto, fue leer los comentarios que la gente vertió, no sólo el príncipe tiene memoria.

Además, la diferencia de edad al acceder al trono, Isabel tenía 25 años cuando se coronó, Carlos acaba de cumplir 71, por la simple expectativa de vida por supuesto el reinado de él será mucho más corto.

Total, que todo esto tiene que ver por supuesto con las monarquías en crisis. Lo que ha pasado en España con Juan Carlos de Borbón, es un ejemplo más.

Estamos en el siglo XXI, la verdad ya nadie se cree que hay personas en este planeta a quienes Dios ha designado para ser reyes, reinas y gobernar a su antojo, creo que no quedaría nada mal una vuelta de tuerca.

Hablemos del clima, el otoño ya está aquí.

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