Raúl García Gutiérrez

Seiscientos cincuenta “intelectuales” firmaron un manifiesto ‘En Defensa de la Libertad de Expresión’, en contra del Presidente Andrés Manuel López Obrador, aduciendo, entre otras cosas, que la democracia está amenazada.

En el texto se quejan de ser estigmatizados y difamados por el Ejecutivo Federal en las conferencias matutinas que se realizan de lunes a viernes en Palacio Nacional. Hoy en día, cada acción que lleva a cabo el gobierno de la 4T es criticada y atacada desde distintos medios electrónicos e impresos, que evidentemente no concuerdan con esta administración. Cada uno de ellos trasmite, de acuerdo a su línea editorial, la información que quiere, dándole su particular énfasis.

Así, algunos hablan del desastre ecológico que provocará la construcción del Tren Maya, la multitud de amparos en contra del nuevo aeropuerto internacional “Felipe Ángeles” en Santa Lucía, la inviabilidad de la refinería en Dos Bocas o del mal manejo de la pandemia por parte del Dr. Hugo López-Gatell.

La libertad de expresión está ahí. Todos publican lo que quieren, sin censura ni hostigamiento. Lo que inquieta y molesta a estos grupos, al parecer, es que el Presidente aclare la información que se difunde. Como él mismo lo ha expresado, ejerce su derecho de réplica.

Un caso reciente fue el de la revista que dirige Héctor Aguilar Camín – el intelectual favorito de Felipe Calderón. La Secretaría de la Función Pública la inhabilitó y multó por proporcionar información falsa a fin de lograr un contrato por adjudicación directa en una campaña institucional del Seguro Social, según se puede verificar en la página web de la Secretaría. Realizaron un acto ilícito, no hay censura.

Interesante es también, encontrar en la lista de los firmantes, personajes cuyos nombres también figuran en otras, donde se les relaciona con millonarias cantidades que recibían a cambio de hablar bien, “quemar incienso” y no denunciar o publicar sobre asuntos que no convenían al gobierno en turno. Los testimonios fotográficos de los grandes banquetes, los abrazos y las sonrisas de muchos de estos “intelectuales” con Fox, Calderón y Peña Nieto dan cuenta de esas relaciones a conveniencia.

Como nunca en la historia reciente – y tal vez, antigua – de nuestro país, el Presidente establece un “diálogo circular” entre los representantes de los medios de comunicación, así como con quienes difunden información a través de las redes sociales, principalmente en YouTube. En mayo de 2019, el comediante y ahora, analista político Víctor Trujillo, enfundado en su personaje de “Brozo” expresó que las conferencias matutinas estaban “arregladas” y que los periodistas ahí presentes ya llevaban las preguntas preparadas a modo, a fin de que el primer mandatario pudiera dar las respuestas. Incluso, Trujillo mencionó que tenía pruebas. Hasta hoy, no las ha presentado.

Testimonio claro son los videos que quedan grabados, en donde varios reporteros han hecho sentir incómodo al Presidente con sus duros cuestionamientos. Algunos inclusive, abusando del momento, se han portado agresivos e irrespetuosos con él. Siempre han recibido una respuesta templada, respetuosa a sus planteamientos.

Vivimos tiempos diferentes. Estos personajes (entre ellos una actriz fallecida y alguien con nombre incompleto: “Ros”) con sus 650 firmas desean que regrese el viejo régimen de negocios, amiguismos y compadrazgos, mientras 2’700,000 – dos millones setecientos mil – ciudadanos y sus firmas exigen una consulta popular a fin de llevar a juicio político a los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

Tal vez el pueblo no es tan “intelectual”, pero sí sabe de qué lado de la historia está. ¿De qué lado está usted?
El buzón está abierto. Lo leo con gusto.
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