Empate, protestas, júbilo, contagios, triunfo, gastos, pérdida de registro, reconocimientos, cansancio, desilusión, ofertas, abstencionismo, declaraciones y cientos de situaciones más dejaron como saldo las elecciones para renovar los ayuntamientos en Hidalgo.
Una de las mayores sorpresas no fue que el PRI se hiciera de 32 municipios, sino que Morena lograra sólo seis y que lo superara el PRD, siendo que al partido del sol azteca se le veían pocas posibilidades de triunfo y al que ostenta el poder federal se le auguraban mejores resultados.
Para Tatiana Clouthier esta escasa acumulación de alcaldías para Morena no se debe a que el estado de Hidalgo le haya asestado un golpe con la recuperación del PRI, sino a que las municipales son elecciones poco concurridas y a una serie de desaciertos que protagonizaron las huestes de Morena.
La diputada federal por el partido fundado por el actual presidente de la República encuentra que el triunfo rotundo del PRI en Coahuila y el que logró de Hidalgo al posicionarse como la primera fuerza municipal en la entidad de ninguna manera significa que la aprobación del presidente vaya en picada, porque, escribió, “López Orador no es a quien se evaluó en esas dos elecciones”.
Clouthier expone que los bajos o nulos resultados (en el caso del del estado norteño) responden a los efectos de la pandemia, la designación de malos candidatos y candidatas por parte de Morena, no se acordaron algunas coaliciones, en Coahuila el material de propaganda no llego a tiempo y hubo acuerdos “en los oscurito de parte de algunas dirigencias y el PRI y no hubo presencia de observadores en todas las casillas.
De cualquier manera para Morena y para los demás partidos los comicios que acaban de concluir dejaron lecciones importantes para cada uno de los participantes y se presentaron como el laboratorio donde aprender a realizar elecciones en época de pandemia y en el caso de Hidalgo se probaron las urnas electrónicas, se empoderó políticamente a los grupos originarios y se hizo hincapié en señalar y combatir la violencia política de género.
Las condiciones cómo se trabajó no fueron las idóneas, pero queda para arrancar y mejor la experiencia de la pandemia, de la necesidad de afinar algunos procesos y de que los partidos aprendan que la improvisación no es un aliado confiable, pues hubo casos en los que por cambio de candidatos éstos salieron al ruedo con poco tiempo para hacer campaña, sobre todo que se trató de situaciones nunca antes vistas en un proceso electoral en el país.