Dicen que “a las personas hay que dejarlas hacer lo que quieran… pero, no contigo”, y así es también en la pareja, amar a otro no justifica que ese sentimiento te lleve a tolerar casi todo por temor a que la relación termine.
Si esto sucede, la aparente felicidad que produce la relación deja de estar en lo que antes la alimentaba y se desvía hacia lo que queda para que no se acabe… aún si implica, negarse a advertir el desamor.
El desamor lastima, tanto si se expresa abiertamente como si se intenta encubrir.
En las relaciones más significativas, cómo es el caso de la pareja hay que integrar la responsabilidad afectiva, ser empáticos y asertivos antes de actuar lo que no se dice.
Si resulta que a tu pareja no le es en sencillo expresar sus emociones, si no es afectiva o si es narcisista, a quien le corresponde aplicar esta responsabilidad afectiva consigo mismo, es a ti.
Porque tu pareja puede abrirse y admitir lo que no siente por ti, pero, independientemente de que lo haga o no, eres tú quien necesita protegerse emocionalmente y reconocer que la indiferencia, la lejanía emocional, la distancia física, la falta de ternura, compromiso o empatía te afectan, deterioran tu autoestima, e incluso pueden hacerte dudar respecto a tu derecho a la reciprocidad, colocándote en desventaja y vulnerando tus necesidades y deseos.
El libre albedrío para amar, quedarse o irse no está a discusión, cada quien elige donde, como y con quien estar, no se puede, no es sano aferrarse a lo que no es, respetar la libertad de otro también es respetarte, al preferir estar con quien decida libremente estar contigo, es cierto, cada quien puede hacer lo que quiera, pero no con tu tiempo y con tus sentimientos.
Si tu pareja no quiere estar contigo, si no le nace alimentar la relación o decide no amarte, es su derecho, y aunque duela es preferible aceptarlo, no para quedarte en donde no te sientes valorado, amado, respetado, sino para tomar decisiones desde el amor propio.
A veces, no te atreves a abrir los ojos ante el desamor porque efectivamente, surgiría la realidad y está puede ser que no te aman, evitarla solo alarga la agonía de la relación y también la tuya.
Tarde o temprano, si la dinámica de la relación no cambia, si no era solo una crisis de pareja, será inevitable darse cuenta de que el desamor está presente, y que se manifiesta en el día a día.
Si puedes y eliges permanecer porque no te afecta también es tu derecho, pero, si lo sufres constante y crónicamente es momento de que te des cuenta de que no es solo la falta de amor de tu pareja la que te lastima, sino también la ausencia de amor propio la que te lleva a permanecer en donde, si lo piensas bien, tienes más razones para irte que para quedarte.
Terminar una relación que para ti aún es importante, alejarte de alguien a quien aún amas es uno de los dolores más fuertes que puedes experimentar, y a pesar de esto, es aún más tortuoso estar al lado de quien no te ama y no siente responsabilidad afectiva hacia ti.
La verdad ante todo, con el tiempo se agradece más que te digan que no te aman y que no te mantengan en la espera o en el engaño.
Si tu pareja no sabe, no puede o no quiere expresar amor por ti, ese es tema suyo y sabrá que hacer con esto, tu tema es quererte lo suficiente para saber cuándo es tiempo de renunciar, incluso por los buenos tiempos.
Si no sabemos despedirnos cuando es sano lo hacemos cuando ya se han rebasado los límites del cariño, el respeto o la dignidad.
¿Qué caso tiene ponerte de blanco ante el desamor de la persona que amas? El amor es una decisión, y quien no lo decide, no ama, hagas lo que hagas.
Quedarte, evadir el tema, entrar en el esquema de la sumisión o insistir en darle primeros auxilios a una relación muerta no va a hacerte recuperar el amor ni el tiempo que has invertido en ella.
Recupera tu poder emocional, reconstrúyete si el desamor te ha roto, empieza por quererte, aún si es a pedazos, mírate bien, escucha tus necesidades emocionales, voltea tu mundo si es necesario para seguir sabiéndote querible, que alguien no te ame no significa que no lo mereces ni que otras personas no estén dispuestas a amarte… amarte bien y constantemente.
Es cierto, no hay certezas en el amor, este viene y se va, sin embargo, cuenta mucho el tener y sostener la elección de seguir amando.
Si tu pareja no te ama, analiza cómo te sientes, si no eres feliz, si vives en una soledad acompañada, si hay maltrato… Si el desamor está presente, no te sumerjas en este, atrévete a transitar por la tristeza, para salir de ella.
Piensa, ¿qué es lo que necesito y deseo emocionalmente? Y si ya no está en donde te encuentras, muévete de ahí, aprende a irte cuando no te tratan con generosidad y respeto.
Si te quieren o te tienen compasión, piensa si para ti es suficiente… En el desamor no hay que exigir que el otro te quiera, sino rescatarse a sí mismo… Dirige hacia ti todo el amor que no fue correspondido.
Las migajas de amor no son suficientes para quien se ama a sí mismo… ¿Lo pensé o lo dije?
Abrazos
Lorena Patchen
Psicoterapia
7711785074