Raúl García Gutiérrez

Después de 44 días de haber sido diagnosticado con Covid-19 y aún en rehabilitación, regreso a compartir con ustedes las historias de todos los días.

El 18 de diciembre el maldito virus denominado SARS-COV-2 nos arrebató a un maestro ejemplar. El profesor Ildefonso Vargas Montiel ejerció con amor, pasión y cariño por más de 50 años dentro del magisterio.

Proveniente de una cuna muy humilde y a base de muchos sacrificios y privaciones logró completar sus estudios, hasta terminar como maestro de educación primaria y ejercer, en el esplendor de su juventud, en varias comunidades del área de Huayacocotla, Veracruz.

Lugares como Palo Bendito marcaron fuertemente su labor docente, contando con la simpatía, amistad y apoyo de toda la comunidad.

Después de fundar la telesecundaria en Palo Bendito, logra ubicarse en su tierra natal, Lolotla, Hidalgo, para fundar la Telesecundaria 87 del estado de Hidalgo y ser postulado a la Presidencia Municipal. En este cargo público, sin el presupuesto que se maneja ahora en las alcaldías – de hecho, sin presupuesto, a base de faenas y cooperaciones de las mismas comunidades, logra realizar varias obras. En Lolotla se pavimentan las principales calles, esencialmente, además de algunas otras obras; logra consolidar un gobierno tranquilo pero con la aceptación y respaldo de todas las comunidades del municipio.

Se convierte en fundador y primer supervisor de la Zona 08, con cabecera en Lolotla, del naciente subsistema de Telesecundarias, impulsada a nivel nacional por el “Bachiller” Álvaro Gálvez y Fuentes. Fundó numerosas escuelas por toda la región, llegando a tener cobertura en 40 escuelas de 11 municipios.

Con su característico “vochito rojo”, salía de madrugada para llegar a la hora de entrada a las escuelas más lejanas. Más de un director o maestro llegaban después que él. Con muchísimo trabajo y tesón se ganó el respeto y la admiración de propios y extraños.

Bajo su conducción, la Zona 08 se destacó por su cumplimiento, múltiples reconocimientos, premios a nivel regional y estatal en aprovechamiento, danza, deportes, cultura; pero sobre todo, disciplina y trabajo. Incluso, varios personajes con importantes cargos en SEPH y SNTE pasaron previamente, como integrantes de esta Zona Escolar.

El Profesor Ildefonso fue un hombre ejemplar. Y no se trata de la trillada frase de que cuando alguien fallece decimos: “¡qué bueno era!” Un gran amor a su profesión, al trabajo, a su pueblo y su gente y, no menos, el que sentía por su familia y los suyos. Él lo demostró todos los días, en cada una de sus acciones.

Su vida nos deja un gran legado, pero también un gran compromiso de trabajo, superación y servicio. Citando a Kalu Ndukwe Kalu: “Lo que haces por tí se desvanece cuando mueres. Lo que haces por el resto conforma tu legado.” Él vivió sirviendo a sus escuelas, a sus “profes”, a sus paisanos y a su familia.

Sirva este muy sencillo homenaje a un hombre ejemplar, bueno, trabajador, responsable, humano, el día de hoy, en el que cumpliría 82 años. Su recuerdo no muere, siempre vivirá con nosotros.
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