Por: Rodrigo Peña Duarte
Ser joven es una gran etapa en la vida de una persona, aunque muchos expertos coinciden que la mejor etapa es la madurez (de 35 a 45 años) dentro de ésta se encuentra un mayor nivel de estabilidad, tanto emocional como económica.
En lo personal, la mejor etapa está en la juventud (18 a 30 años), en ella luchamos día a día con optimismo por conseguir y labrar nuestro futuro; es cuando contamos con mayor salud, fuerza física y perseverancia.
Recuerdo con claridad cuando mis abuelos me decían: “cuando seas joven, estarás en una de las épocas más productivas de tu vida, ya que trabajarás y conseguirás con esfuerzo tus propias cosas, trabajo hay mucho, hijo”. Pero ahora, transitando por esta etapa, observo el panorama de una forma muy diferente a la planteada.
Vemos un país sin muchas opciones para laborar, para poder desempeñarnos en lo que nos concierne ya como profesionistas; los jóvenes observamos incertidumbre en éste campo, pues en la mayoría de empleos, solicitan experiencia de mínimo seis meses como requisito indispensable, pero es imposible e ilógico que al momento de egresar puedas contar con ella.
Aunado a esto y con la nueva realidad, causada por la pandemia, no sólo en México, sino en el mundo entero, hay un extenso índice de pérdida de empleos, puesto que comercios y empresas han tenido que cerrar sus servicios, atendiendo a las indicaciones y recomendaciones que ha emitido el sector salud.
¿Sabías que, en el año 2020, se perdieron 647 mil 710 empleos, de los cuales 560 mil 473 eran formales y 87 mil 237 eran eventuales? según las últimas cifras publicadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
¿Cómo hacerle frente a este panorama si soy joven, no cuento con experiencia y el mercado laboral va en descenso? La respuesta no parece nada alentadora, ni mucho menos fácil, es la verdad, pero es claro que la mente de un joven es un mundo, un mundo en el que transitan ideas grandiosas y proyectos innovadores; ¿Qué pasaría si grupos de jóvenes (compañeros egresados, amigos y familiares), decidieran unirse y ejecutar todo ese cúmulo de ideas? Así si cambia el panorama, es verdad; Como joven le tememos a no tener éxito y es claro, nadie quisiera perder nunca, pero considero que esta etapa se trata de eso, del margen de error-éxito, es el momento de intentar, echar a volar la mente y hacerlo acompañado de más jóvenes que deseen superarse y salir adelante; La tarea no será nada fácil, tendremos muchos sin sabores y los retos cada vez serán más complejos, pero como dicen “no hay nada que dos o más mentes no puedan resolver”
Muchos jóvenes contamos con diversas habilidades y características que otros no, es ahora el momento de hacer equipo, de dejar de lado el egoísmo e intentar cosas diferentes para así obtener resultados diferentes, tan sólo basta eso, ganas de hacer algo nuevo.
El panorama venidero no es nada confortable, pues nos enfrentaremos a diversos conflictos como población, como la pobreza y el aumento en los índices delictivos, pues al no contar con un empleo formal para poder subsistir, un mayor número de jóvenes decidirán irse por el camino fácil, el camino de la ilegalidad, delinquiendo para conseguir dinero y poder costear sus gastos.
Por hoy me despido, esperando poder generar en ti análisis y un punto de opinión propia.
Háblame con franqueza y envíame tus comentarios a mis redes sociales, te espero.
Agradezco la invitación y el espacio que a partir de hoy me brinda el Periódico Síntesis, para estar en contacto con sus lectores mediante esta columna que es de mi autoría; Esperando que sea de su agrado.
Fb: Rodrigo Peña Duarte.
Tw: @Rodrigopd10