Raúl García Gutiérrez

“México no requiere ‘afecto’ de Rusia; un país antidemocrático, autoritario, sin libertad de expresión y corrupto. Menos necesitamos sus vacunas de mala calidad, no subestimen al pueblo”.

De esta forma se expresó una Senadora de la República, puesta ahí por el electorado de Morena, que posteriormente, renunciara y se agregara a las filas del PAN.

Dicha declaración fue refutada de inmediato por la Embajada Rusa en México: “Sputnik V sí es más barata, ¿qué hay de malo en eso? Además, la prestigiosa revista científica “The Lancet” publicó los resultados de la fase 3 de ensayos clínicos de la vacuna, con un 91.6% de eficacia y 91.8% en mayores de 60 años.

A esto agregue los desafortunados (o mal intencionados) comentarios de Héctor Aguilar Camín – uno de los intelectuales favoritos de sexenios anteriores, en el sentido de que, por cuestiones étnicas, la vacuna rusa no sería efectiva entre la población de países tropicales.
La campaña en contra de las vacunas en México está en todo su esplendor. Que no existen contratos, que si no funcionan las vacunas, que nos van a implantar un chip; es increíble la variedad de “argumentos” que esgrimen los opositores al gobierno.

En los últimos días, una serie de personajes encabezados por el propio Aguilar Camín y Enrique Krauze, publicaron otro texto donde se pide al Presidente que se detengan obras como el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”, la refinería en Dos Bocas, el Tren Maya, entre otras, a fin de tener dinero para comprar más vacunas.

En las conferencias mañaneras, especialmente los martes, el Presidente, el Canciller Ebrard y el Subsecretario López-Gatell han informado puntualmente sobre los contratos, acuerdos y hasta calendario de entregas de las diferentes vacunas que se han adquirido. No hace falta presupuesto y no se ha incrementado la deuda del país.

El próximo domingo llegarán cerca de un millón de vacunas, procedentes de la India, por parte de Astra Zeneca, el lunes 15 de febrero llegarán alrededor de 600,000 vacunas de Pfizer, que reanuda sus envíos y servirán para aplicar las segundas dosis al personal médico faltante.

Pareciera que el peor enemigo de un mexicano es otro mexicano. Quienes ahora militan en la oposición pretenden erguirse como paladines de la justicia. Ahora tienen como tarea el escrutinio estricto de cada acción del gobierno, lo cual es bueno y sano.

Lo que extraña es que no lo hicieron con el dispendio desmedido de sus “mecenas” anteriores. Se les acabó el patrocinio de sus revistas, de sus opiniones siempre favorables al gobierno en turno; se acabaron las comidas y cenas fastuosas en donde departían con las más altas esferas del poder en nuestro país, mientras el número de pobres aumentaba trágicamente.

Con respecto a la aplicación de las vacunas, una vez finalizada la inoculación del personal médico de primera línea (mas los colados que no faltaron), toca el turno a los adultos mayores, la población de 60 años y más.

Por cierto, escuché la conversación entre dos señoras adultas mayores, una de ellas le decía a la otra: “Pues yo no me voy a poner la vacuna rusa, me voy a esperar a ver si sirve y ya luego veo si me vacuno”. Y todo gracias a la maliciosa opinión de la Senadora por Sonora.

En fin, a mí me tocará la vacuna entre abril y mayo. Acudiré con gusto a ponérmela, agradecido con un gobierno que se está preocupando por todos.

Finalmente, usted cree que Patricia Navidad, Lilly Téllez, Aguilar Camín y Enrique Krauze acudan a vacunarse, o se irán a Estados Unidos como Pepillo Origel?
Me encanta leer sus comentarios.
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