“Cada libro, cada volumen que ves aquí, tiene un alma. El alma de la persona que lo escribió y de aquellos que lo leyeron, vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien baja sus ojos a las páginas, su espíritu crece y se fortalece” (La Sombra del Viento, Carlos Ruiz Zafón).

El pasado domingo 11 de este mes, el Presidente López Obrador, expresó su intención de hacer cambios en los libros de texto, que de forma gratuita otorga la Secretaría de Educación Pública (SEP) a los alumnos de educación básica de nuestro Sistema Nacional Educativo.

Para quienes pasamos ya los 60 años de edad, nos consta que no es una nueva práctica, generalmente a nuestros presidentes les convence el hecho de actualizar y ajustar los libros de texto gratuitos.

Capta la atención la expresión hecha por el Presidente “los teóricos de los oligarcas” han cambiado en su momento el contenido para que se olvide la historia.

El lunes 12 aseguró: “tenemos que regresar a la historia, la maestra de la vida y al civismo y ética. Se van a modificar los contenidos ¿cómo vamos a impartir clases con libros de periodo neoliberal?

Al parecer es una decisión tomada, el renovar 18 libros de ese nivel educativo, sin mencionar en cuales materias se harán las modificaciones. Lo novedoso sería la inclusión sobre algo que considero urgente como, educación en nutrición y sana alimentación.

Sin embargo, los especialistas en el ramo afirman que la renovación es precipitada y sin orden, por el tiempo que desean otorgarle, cuando la experiencia demuestra que por lo menos requiere un año.

La SEP ha lanzado la convocatoria y completará 12 equipos de trabajo. Integra a 2 mil 365 elegidos para trabajar, por supuesto voluntaria y gratuitamente como acto solidario a la cuarta transformación, en el diseño de los textos y que, para tan noble objetivo, reciben una capacitación de cinco días.

Los seleccionados entregaron 1 mil 92 materiales didácticos como secuencias didácticas, proyectos u otras modalidades de trabajo, de los cuales la SEP elegirá 234 materiales.

De inicio, opino, se deben tomar en cuenta, los datos de los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes de los países integrados en la OCDE, conocida como PISA, cuya aplicación se hace en tres áreas: comprensión lectora, matemáticas y ciencias. Este examen permite conocer el nivel educativo de los estudiantes de 15 años de edad, para su posible participación activa en la sociedad y se realiza cada tres años.

Los resultados en aspectos generales y resumidos, en nuestro país en el año 2018 fueron;
• Los estudiantes mexicanos obtuvieron un puntaje bajo en las tres áreas de conocimiento, del 1%, en comparación con el promedio OCDE.
• En cuanto al género, las estudiantes mujeres superaron por 12 puntos a los hombres en el área de matemáticas.
• Si se comparan los datos de México con el promedio de la OCDE, se obtiene 420 puntos frente a 487 puntos, respectivamente, para el área de comprensión lectora.
• El promedio de la OCDE con bajo nivel de competencia en el área de matemáticas es del 24%, para México es del 56%.
• El 83% de los estudiantes mexicanos informaron estar satisfechos con su vida, por otra parte, el 45% mostraron mentalidad de crecimiento.
• En años anteriores, se ha observado que nuestro país ha incrementado su matrícula. De 2003 a 2018 aumentó en un 25%. Esto sin duda, repercute en la evaluación del aprendizaje.

La prueba PISA México 2018 la realizaron 1,480,904 estudiantes mexicanos de 15 años, lo cual representa un 66% de la población con esa edad.

Con toda seguridad inciden en estos resultados la brecha digital educativa y el nivel socioeconómico.

¿Cuál es la reflexión de esta ocasión?

Los datos crean, por lo menos una seria alarma al respecto, pues manifiesta el nivel del activo cultural de nuestro país y en consecuencia la generación a las reformas educativas.
Para los jóvenes representa su futuro, pues en la educación encuentran un mejor desarrollo personal, profesional y una mejor expectativa, por lo que es deseable y, aprovechando los tiempos de esperanza, esperar que el rediseño de los libros de texto, considere estos datos para cumplir con su cometido.

Es un hecho que, el objetivo del Presidente López Obrador, es modificar los contenidos en las materias de civismo, historia y ética, pues busca imponer su visión ideológica de la historia, como lo hicieron, quizá, sus anteriores colegas Presidentes.

También se debe tener presente que los libros son el material de trabajo de los maestros, en las escuelas, por lo que, merecen tener la certeza de contar con materiales educativos bien hechos y de calidad en sus contenidos.

No se han cambiado los planes y programas de estudio, son los realizados en el sexenio anterior.

Por último, también cuenta, la circunstancia de esta temporada de más de un año, que ha sido la pandemia en que nos encontramos. Realmente ¿Cuál ha sido el alcance del aprendizaje de los niños? ¿Cuáles son los datos que justifica ser la base del rediseño de los libros? ¿Se requiere un nuevo libro de texto? O ¿Reafirmar conocimientos?

Por cierto: Se considera rezago educativo, el atraso en que se encuentran las personas teniendo 15 o más años de edad y que no han alcanzado el nivel básico de enseñanza.
Así, casi 21 millones de mexicanos se ubican en esta condición.
Reciba mi cordial saludo. Nos leemos en la próxima
Galdino Rubio Bordes spgrb19@gmail.com

 

Con datos de:
– https://www.forbes.com.mx/polemica-por-propuesta-de-amlo-de-cambios-en-libros-de-texto-gratuitos/ Alma Maldonado-Maldonado, doctora en educación superior e investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav)
– https://www.universia.net/mx/actualidad/orientacion-academica/pisa-mexico-que-son-y-cuales-son-los-resultados-en-nuestro-pais.html