“No hagas cosas malas que parezcan buenas…”
“La nación cuya existencia depende de un solo hombre,
no puede tener vida duradera”.
Simón Bolívar.
Jubiloso en su oficina, el presidente López Obrador anunció en un video que Pemex ha comprado una refinería en Texas, con lo que acabaría la importación de gasolinas. Se refería a Deer Park, de la que México, por cierto, ya era propietario de una mitad y por la que pagó a la Shell, su socio, 596 millones de dólares por el otro 50 por ciento, lo que le da un valor de mil 200 millones de dólares.
Las instalaciones de Deer Park refinan 340 mil barriles al día, lo mismo que se busca en Dos Bocas. La diferencia son costos y tiempo. Dos Bocas, el proyecto del gobierno de la cuarta transformación, se presupuestó en 8 mil 800 millones de dólares, lo que ha aumentado por encima de los 10 mil millones de dólares, para terminarla en 2023.
La de Houston costó 596 millones de dólares y no es que valga mil 200 millones, porque la valuación incluye inventarios de hidrocarburos de entre 250 y 300 millones de dólares.
Es decir, restando esos inventarios, el valor real de la planta texana es de 900 a 950 millones de dólares. Digamos mil millones, para refinar esos 340 mil millones de barriles al día.
Con lo que se va a gastar en Dos Bocas podría haberse comprado no una sino 10 plantas como Deer Park y estar refinando tres millones 400 mil barriles al día, 10 veces lo de Tabasco, pero existen otros datos para el gobierno.
En definitiva para el primer mandatario, López Obrador, la refinería Deer Park en Texas, traerá cierta prosperidad y estabilidad en el mercado nacional e internacional en cuanto a hidrocarburos se refiere. Tal como un buen gobernante entre beneficiar y perjudicar a sus gobernados AMLO opta por lo primero; con clara felicidad se da por satisfecho, la cuarta transformación da frutos, sí, tal como se prometió.
Andrés Manuel López Obrador manifestó:
“Lo más importante –publicó en su cuenta de Twitter– es que en 2023 seremos autosuficientes en gasolinas y diésel; no habrá aumentos en los precios de los combustibles”.
Sin embargo cabe mencionar que, como todas las grandes petroleras, Shell se ha apresurado para quitarse de encima la “mancha” de contaminantes y se forma al principio de la fila para atender una nueva generación de automóviles que en su mayoría serán híbridos sin ayuda de hidrocarburos.
Será acaso por eso que Shell anunció al inicio del año su interés por deshacerse de siete refinerías. Convenientemente, a la gente de Pemex se le ocurrió al mismo tiempo comprar una. Con la de Deer Park, al parecer lleva, Shell, al menos tres vendidas.
Para descarbonizar el planeta, la empresa divulgó su decisión de “transformar su huella de refinación, de 13 instalaciones, a seis Parques Químicos y de Energía, y reducir 55 por ciento la producción de combustibles tradicionales hacia 2030”, lo que consta en documentos oficiales de la compañía europea.
¿La compañía europea realmente busca vender por estar en “banca rota”? No, quieren cerrar refinerías y enfocarse en generar de mil a dos mil millones de dólares adicionales anuales por la vía del negocio petroquímico.
Entonces, recapitulando, es cierto México compró una refinería pero en realidad no es un logro ya que ésta buscaba vender cuanto antes para evolucionar apostándole a las energías renovables.
Pero esto no es todo también hay que abordar un detalle, el ingreso mensual más bajo para un trabajador de Pemex ronda los 20 mil pesos, el de uno de Shell triplica esa cantidad y de acuerdo con lo dicho esta semana por la compañía de origen europeo, nadie puede cambiar el trato que se les dará a los empleados del otro lado de la frontera. En los hechos, se tendrá dos tipos de trabajadores: los de altos salarios… y los mexicanos.
Cabe insistir que si el cambio a autos eléctricos en México es pronto, entonces ésta compra sería mala, pero una excelente venta para Shell. Una vez más se deja de manifiesto la ya conocida posición de los gobernantes de México que tratan de engañarnos haciéndonos creer que las medidas que impulsan son benéficas cuando en realidad tienen truco, trampa, embuste y una clara falta de visión a futuro.
Ya lo dice bien aquella frase: “No hagas cosas buenas que parezcan malas, ni malas que parezcan buenas” ¿Tú lo crees?… Sí, yo también.