Arturo Moreno Baños
En días pasados el primer mandatario abordo un tema por demás interesante, la construcción de una nueva clase media, más humana y fraterna, que sea capaz de resistir los embates de manipulación de los grupos conservadores.
El mandatario federal indicó que por ello, su administración combate la pobreza, a fin de que más personas puedan tener un mejor empleo y a su vez pueda velar por los que menos tienen.
“Que estén más conscientes y más politizados para que resistan campañas de manipulación, que no sean presa fácil de la manipulación que orquestan, que llevan a cabo los grupos de intereses creados, los que no quieren que haya cambio, a ellos les conviene mantener el statu quo. Constituir una nueva clase media, más humana, más fraterna, más solidaria, eso es lo que buscamos, que mejoren en sus condiciones de vida en sus condiciones de trabajo pero que también no dejen de voltear a ver a los desposeídos”.
Los detractores de AMLO sugieren que el mandatario esta obnubilado y con gran desatino arremete contra la clase media, esa clase que en gran medida mueve al país ya que es la que ha logrado la industrialización del mismo.
Sin embargo han olvidado que López obrador lejos de buscar la animadversión de la clase media lo que busca afanosamente es una transformación, la creación de un nuevo ser humano a través de valores y creencias mejoradas tal como en su momento lo busco la extinta Unión Soviética.
Según los postulados de la URSS el nuevo hombre soviético o la nueva persona soviética tal como fue teóricamente postulado por los ideólogos del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), fue un arquetipo ideal de persona con cualidades socialistas y altruistas que se había vuelto dominante entre los ciudadanos de la existente patria soviética. Por lo tanto, ellos sugerían que más allá del históricamente largo trasfondo cultural, étnico y de diversidad lingüística (heredados por otro lado del antiguo Imperio ruso), había nacido un único pueblo soviético o una sola nueva nación dentro de las fronteras del Estado socialista.
Por su parte, León Trotski, quien fuera el organizador original del Ejército Rojo y uno de los principales asistentes de Lenin durante la Revolución bolchevique, escribió en su obra “Literatura y revolución” que:
”La especie humana, el perezoso Homo sapiens, ingresará otra vez en la etapa de la reconstrucción radical y se convertirá en sus propias manos en el objeto de los más complejos métodos de la selección artificial (en oposición a la selección natural darwiniana) y del entrenamiento psicofísico. El hombre logrará su meta… para crear un tipo sociobiológico superior, un superhombre (Übermensch), si se quiere”.
El mismo Trotski es también el autor de la muy ambiciosa afirmación de que “bajo el comunismo un hombre medio podría llegar a ser un Marx, un Aristóteles o un Goethe, y por encima de tales picos, cumbres aún mayores”.
Por lo tanto, la cuestión referente a la paulatina conformación de un “nuevo hombre” ya había surgido desde los primeros días posteriores al triunfo de la Revolución bolchevique.
Los tres principales cambios postulados para la construcción de una eventual sociedad comunista eran del tipo económico, político y relacionado con la personalidad humana. Se esperaba que el hombre soviético no fuese egoísta (es decir, fuese altruista), además de saludable, culto, y fuese un entusiasta difusor de la “definitiva” revolución socialista.
Respecto de esto último, la adhesión al marxismo-leninismo, y un comportamiento individual consistente con los dogmas y las prescripciones de dicha filosofía político-económica, estaban entre los rasgos cruciales e inexcusables que se esperaban del nuevo hombre soviético. En resumen el “nuevo hombre” sería un: “hombre nuevo pertrechado con la ideología marxista leninista, libre de la carga de supervivencias del pasado”.
Quizá no se apueste a tanto respecto a la creación de la nueva clase media en México pero sí el primer mandatario busca como mínimo cambio un mexicano de clase media que sea más reflexivo, altruista y desinteresado en la obtención del bien individual anteponiendo siempre el bienestar colectivo de México y por supuesto la preservación de una verdadera transformación, sí, la transformación que vivimos con el gobierno de AMLO al menos él lo piensa así.
¿Tú lo crees?… por el bien de México que así sea