Galdino Rubio Bordes
“Los hombres tal como son, se inclinan por naturaleza a ir en pos del dinero o del poder, y del poder porque vale tanto como el dinero” .Ralph Waldo Emerson.
“El poder no se compra, el poder atrae el dinero” @candidman Pinterest.es (419)
“La ambición por el dinero y el poder, envilece a los hombres y pervierte sus almas” Lily Caro.
Y Adolf Hitler fue por el poder.
Instaurado en 1933, ciertamente por la mala, se encargó personalmente de quitar todo estorbo para convertirse en Canciller primero y después como el Führer de su país.
En este contexto, las grandes empresas se acercaron al partido político y, una parte convencidos y otra no, sobre las bondades del nazismo, no tenían opción, de manera que, varios empresarios alemanes tuvieron espacios relevantes en la estructura política y económica de ese gobierno.
Kurt von Schroeder, distinguido banquero, financió gran parte del partido nacionalsocialista.
El programa económico del Reich fue diseñado y dirigido por Hjalmar Schadt, un funcionario que fue primero presidente del Reichsbank y luego ministro de economía. A pesar de no tener un apego a la ideología nazi, movió sus influencias para que Hitler recibiera el apoyo de la gran industria alemana (1).
Schadt, desarrolló un plan de estilo keynesiano, en el que la inversión pública y el gasto público se dispararon, todo ello financiado de una forma un tanto particular gracias a los Bonos MEFO –una empresa fantasma que hacía de intermediario entre el Estado y las empresas de armamento para poder esquivar las restricciones económicas del Tratado de Versalles–. Dicha inversión pública crecería entre 1933 y 1935 un 350 % y un 800 % hasta 1938; mientras el gasto en armamento se elevó en un 2300% esos mismos años”, sostiene Fernando Arancón, docente de la Universidad Complutense de Madrid.
Algunas de las empresas que colaboraron con los nazis fueron: (2).
La famosa compañía cuyo slogan es hoy Taste the feeling, es decir, Coca-Cola y su producto ideado especialmente para el régimen de Adolf Hitler, la Fanta. La empresa jugó para ambos lados, atendiendo a los norteamericanos con su mítico producto, el oscuro y por el otro mantuvieron una fábrica alemana exclusiva para el abasto a los nazis. Agradó tanto que se calculó que únicamente en 1943 vendieron alrededor de 3 millones de cajas de este producto con sabor a frutas.
La IBM (International Business Machine) tuvo su participación al momento que el Tercer Reich decidió realizar un censo de población, léase identificar a los judíos en su territorio.
Así la IBM diseña el modelo Hollerith, que realizaba unas tarjetas perforadas y cada una asignaba a un ciudadano con identificación de la raza o religión. Sin duda la empresa obtuvo muy altas ganancias.
Ferdinand Porsche fue el ingeniero austríaco, fundador de las firmas Porsche y Volkswagen. Con varias reuniones directas con Hitler, este anuncia en 1934 la presentación ante la sociedad el, así bautizado por el mismo Hitler, “coche del pueblo” y apareció el modelo Volkswagen Beetle. Diseñó además un prototipo de vehículo anfibio nombrado Schwimmwagen.
Se calcula que 4 de 5 trabajadores de la planta de producción del Volkswagen eran esclavos y se conoce que el mismo Ferdinand Porsche los solicitaba directamente con las SS provenientes de Auschwitz.
Kodak, empresa norteamericana, por conducto de su filial en Alemania, también hizo lo propio, utilizando como mano de obra a los esclavos de los campos de concentración.
Estoy seguro que ha escuchado el apellido Bayer. En 1925 formaba parte del conglomerado IG Farben, que desapareció en 1951, después de la Segunda Guerra mundial. IG Farben, fue la que produjo y distribuyó el gas Zyklon B, mismo que se utilizó en las cámaras de exterminio del régimen nazi. Adicionalmente la compañía colaboró para desarrollar los experimentos con los prisioneros en los campos de concentración.
Fue Hugo Boss quien hizo los diseños de los elegantes trajes nazis. El mismo Sr. Boss, fue afiliado al partido nazi en 1931 y en ese mismo año pasó a ser miembro patrocinador de los uniformes de la SS, la Juventud Hitleriana, el Cuerpo de Motoristas Nacional- socialistas y otras organizaciones del partido. Utilizó en promedio 40 mil prisioneros de guerra en las fábricas, para satisfacer tan alta “demanda” de su producto. A su muerte en 1948, despojado del derecho a voto y de su propia empresa, su figura sobrevivió.
Reconocido por los nazis en 1938 con 75 años de edad con la medalla “extranjero distinguido” y conservar trato directo con Adolf Hitler, dado su historial antisemita, el fundador de la Ford Motor Company y padre de las cadenas de producción modernas en Estados Unidos, Henry Ford, fue el mayor respaldo otorgado a la Alemania de Hitler desde el exterior. Se argumenta que fue el segundo productor de camiones para el ejército alemán.
El mayor fabricante de camiones militares del nazismo, por medio de su filial alemana, fue General Motors. Estos camiones también fueron armados con mano de obra de los prisioneros de los campos de concentración.
Otra empresa emblemática que apoyó a Hitler fue Bayerische Motoren-Werkw (BMW) que fabricaron piezas clave para el funcionamiento de las armas y sistemas eléctricos para submarinos y la fabricación de motores de avión.
Si desea conocer más datos sobre el tema, es recomendable “El libro de la guerra buena” de Jacques R. Pauwels.
La pregunta surge: ¿cómo es que actualmente la mayoría de esas empresas están vivas y trabajando? Pues resulta que, de inicio, nadie recuerda sus vínculos con el nazismo una vez terminada la guerra, pero la razón sustancial es que, estas mismas firmas, ganaron un papel, espacio o rol, fundamental en la recuperación alemana, de ahí que los aliados, muchos años, como decimos los mexicanos, “se hicieron de la vista gorda”.
La reflexión de esta ocasión, es que, a partir de que la humanidad hace del dinero el instrumento de intercambio de bienes o servicios, la preocupación es tener dinero, sin embargo, en el mundo de la política, poder y dinero, van de la mano; caso opuesto, un gobierno sin dinero difícilmente tendrá poder político para bien gobernar. Lo trágico es un gobierno con poder económico y con poder político, pero que no puede gobernar y que no puede porque no sabe. El conocimiento también vale y también puede, por lo que el poder del conocimiento debe estar integrado en la estructura de gobierno, para un mejor desarrollo.
Por cierto. Tal vez no lean esta modesta colaboración, pero desde Pachuca, Hgo. México, saludo con respeto y me solidarizo con la noble, leal y desigual lucha, por sus derechos humanos, del digno pueblo cubano.
Nos leemos en la próxima. Saludos cordiales.
Galdino Rubio Bordes spgrb19@gmail.com
FUENTES DE INFORMACIÓN.
1. https://www.laizquierdadiario.com/El-apoyo-de-las-grandes-corporaciones-a-Hitler
2. https://es.gizmodo.com/las-grandes-companias-que-colaboraron-con-la-alemania-n-1764984184 . Miguel Jorge 3/26/16