A más de 13 años que Juana Dayanara Barraza Samperio, mejor conocida como “La Mataviejitas”, fuera condenada a pasar 759 años de prisión por 17 homicidios y 12 robos contra mujeres de la tercera edad, hace unos días se dio a conocer la vida que lleva en el Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla.

A través de su cuenta de TikTok, Citlali Fernández, ex reclusa del centro penitenciario, compartió su experiencia al convivir con Barraza, quien fue capturada el 25 de enero de 2006 huyendo del domicilio de su última víctima, Ana María de los Reyes Alfaro de 89 años de edad.

“Juanita Barraza ya tiene ahí sus años, está en el edificio de población G-H, cumple una sentencia que ya todos conocen”, declaró la tiktoker, “los sábados, lunes y martes vende tacos de guisado en el edificio G, porque en el edificio de abajo venden comida muy buena, entonces ella vende sus tacos muy buenos”.

Asimismo, la joven manifestó haber estado cerca de Juana Barraza, quien es originaria del estado de Hidalgo, “es muy amable y muy gentil, es una mujer muy alta, muy grandota, muy seria, si dices: ¿le hablo o no le hablo?, ¿se enojará?, y no, es muy amigable”.

Citlali Fernández añadió que conversó con la asesina serial, “un día me tocó estar con ella, cuando nos iban a certificar a las dos porque ella se peleó con una señora, y yo tuve un problema con unas compañeras de la estancia; y en lo que estábamos esperando a pasar estuve platicando con ella”.

La Dama del Silencio

Juana Barraza nació el 27 de diciembre de 1957, en Pachuca, Hidalgo, sin embargo, existen registros de su nacimiento en el municipio de Epazoyucan; vivió junto a su madre en la Ciudad de México, Justa Samperio, a quien catalogó como alcohólica y señaló que la maltrataba física y psicológicamente; inclusive, narró como su progenitora la entregó a un hombre a cambio de tres cervezas cuando tenía 13 años.

El individuo golpeó, ató de las muñecas y abusó sexualmente de Juana Barraza, que quedó embarazada y fue rescatada cuando su hijo tenía tres meses de edad; sin embargo, las dificultades continuarían en la vida de Juana, quien sufrió violencia por parte de sus parejas sentimentales y soportó la muerte de su primer hijo a manos de una pandilla, hecho que catalogó como “el más triste de su vida”.

A los 30 años de edad, La Mataviejitas inició su carrera en la lucha libre profesional, bajo el nombre de “La Dama del Silencio”, portando un traje rosa, con un amplio cinturón de cuero blanco y los brazos adornados con brazaletes, unas botas blancas con franjas oscuras y un antifaz que representaba una mariposa negra; no obstante, tras una lesión en la columna, Barraza Samperio se retiró del cuadrilátero.

Para inicios del 2000, autoridades capitalinas se mantenían alertas ante el aumento de homicidios de mujeres de la tercera edad, quienes eran ahorcadas al interior de sus hogares; del 2000 al 2006 se registraron al menos 40 asesinatos, de los cuales solo le fueron comprobados 17 a La Mataviejitas, quien recibió su condena en abril del 2008.

El 26 de julio de 2015, Juana Barraza contrajo matrimonio con un recluso del mismo penal durante las bodas masivas que organizó la Subsecretaría del Sistema Penitenciario del Distrito Federal, pero se divorció un año más tarde.

Cabe señalar que, el caso de Juana Barraza se convirtió en uno de los más mediáticos en el país debido a que afectaba “a una figura primordial dentro del arquetipo de la mexicanidad: las abuelitas”, de acuerdo con Susana Vargas Cervantes, investigadora social de la Universidad Nacional Autónoma de México; además, indicó que, el hecho de que las autoridades omitieran las posibilidades de que una mujer fuera el asesino serial porque estos cuentan con “una ente brillante”, resalta la cultura patriarcal y machista de la sociedad mexicana.