Martha Canseco González
En octubre del 2014, mi querida maestra María Martín Barranco organizó el Primer Congreso Internacional de Mentes Femeninas; reunió en Salobreña, costa andaluza, a una pléyade de mujeres exitosas, creativas, comprometidas y brillantes. Sin lugar a dudas éste fue uno de los congresos más interesantes a los que he acudido.
Ahí constaté de qué manera el feminismo está permeando en toda actividad humana. Más de 100 mujeres de todas las profesiones platicaron ahí sus experiencias y como están dejando su impronta en este mundo patriarcal.
Literatura, arte, emprendimiento, política y salud fueron algunos de los temas que se trataron y donde se difundió la riqueza del conocimiento hecho por mujeres. Científicas, artistas, empresarias, deportistas, periodistas, filósofas, educadoras, políticas, estuvimos ahí compartiendo nuestras experiencias.
Por México acudimos la abogada Emma Obrador, la artista plástica Sonia Félix Cherit, la productora de medios Carmen Campos y yo. Otras de las participantes fueron Pilar López Diez, Alice Fauveau, Pilar Aguilar Carrasco, Diana Maffia, Raquel Lucas, June Fernández, Kika Fumero, Nuria Varela, Pepa Masegosa, Belén Gopegui, Pilar V. de Foronda y Lucía Martínez Odriozola entre otras.
Escuchar tantas buenas experiencias de las mujeres en todos los ámbitos fue realmente muy alentador. Me llamaron bastante la atención las mujeres que hacen cómic feminista, las creadoras de música para mujeres, las astrónomas que me enseñaron a mirar el cielo de otra manera, la foniatra que hace análisis de género de la voz humana y el impacto que tiene, la periodista que se ha dedicado a explicar qué es el feminismo, aquella otra que entiende que la humanidad está en una encrucijada entre el feminismo y la barbarie.
Ahí por cierto conocí el proyecto del llamado “Tren de la Libertad” que ante la presunción del ministro Gallardón de echar para atrás el derecho a la interrupción legal del embarazo en España, cientos de feministas de todos los rincones viajaron kilómetros y kilómetros por tren para estar en Madrid semanas después y reclamar sus derechos. Aunque no estuve físicamente en ese histórico momento, mis amigas me llevaron (pegaron mi fotografía en sus mochilas y me pasearon por todo Madrid).
Total, que ese encuentro fue para todas una bocanada de aire fresco, el ambiente que se generó fue de mucha esperanza por lograr un mundo más equitativo y justo para las mujeres.
Fue en ese momento cuando se dejó escuchar la voz de Lucía Martínez Odriozola quién nos sentó en la realidad, ¡falta mucho por hacer!, ¡seguimos viviendo en un mundo patriarcal que no quiere ceder nada! dijo.
Ese golpazo de realidad que nos dio esta periodista vasca a mí me sirvió para no sentarme en mis laureles. Será la tozudez, la necedad, la insistencia de las feministas lo único que nos ponga en la senda de una verdadera igualdad sustantiva.
Por eso quiero agradecer a Lucía Martínez Odriozola ese remesón que nos dio aquel día y me duele en consecuencia su muerte ocurrida el fin de semana.
Lucía fundadora de la revista feminista Pícara Magazine, maestra de generaciones de periodistas vascas y pionera del periodismo con visión de género en el País Vasco, ¡buen camino de regreso!, ¡gracias por tu valentía y claridad! ¡Una gran mente femenina!
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