Franco H. Ixtlahuaca
“Prefiero estar muerto que mutilar mi obra, pero le propongo una salida ecuménica: ¿por qué no ponemos del otro lado a alguna especie de héroe para Estados Unidos y el mundo capitalista, como puede ser Abraham Lincoln?” son las palabras que le dijo Diego Rivera a Nelson Rockefeller, impulsor del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), ante la petición de este último para remover el rostro de Lenin del mural intitulado “El hombre de la encrucijada” expuesto en 1933 en el Rockefeller Center, discusión sin arreglo alguno porque unos cuantos meses después fue destruido por completo el mural.
Diego Rivera al igual que José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros hacían resurgir un movimiento pictórico durante la post revolución mexicana: el muralismo. Los tres, pupilos de otro gran pintor, escritor, filósofo y geólogo el mexicano Gerardo Murillo mejor conocido como Dr. Atl (aire en náhuatl), gran apasionado de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl al igual que el Edna y Strómboli en Italia; logra influenciar su ideología del movimiento muralistas sobre estos tres artistas entre otros.
El muralismo tuvo su auge en el siglo XX gracias a estos artistas, además, si volteamos unos cuantos siglos atrás en México podemos observar en las culturas mesoamericanas el uso de murales en zonas como Palenque, Chichén Itzá, Teotihuacán, Cacaxtla, entre otras donde se pueden observar diferentes murales en edificaciones de relevante importancia.
Ahora bien, después del auge de Clemente Orozco y compañía, la escuela del muralismo se quedó a media luz con artistas regionales. Sin embargo, en Estados Unidos se retoma con mayor fuerza con Jackson Pollock, aprendiz en su tiempo de Alfaro Siqueiros. Al transcurrir el paso de los años el arte en general se fue encapsulando en un núcleo de la población que tenía la capacidad de poder comprar los placeres artísticos. Es hasta que en la primera década de este siglo cuando se empiezan a dar movimientos urbanos en donde se pasa de un grafiti austero hecho de un par de rayones con aerosol a obras de arte de gran magnificencia.
En la actualidad podemos observar en diferentes ciudades de la República mexicana la manifestación de diferentes murales retomando las ideas de Siqueiros, Rivera y Orozco sobre la lucha de las clases sociales y la situación actual del país, han surgido una nueva camada de muralista quienes renuevan este movimiento; entre los cuales se puede mencionar a Alonso Delgadillo (El Norteño), Farid Rueda, Favio Martínez (Curiot), Miguel Mejía (Neuzz), al igual que las artistas Liz Rashell y Paola Delfín. En el estado de Hidalgo podemos observar obras realizadas por artistas como Jesús Vega Orozco en conjunto con el Colectivo Antiopresión, murales realizados en dos hoteles de Tulancingo, de igual manera se puede contemplar un mural en la Secretaría de Mujeres en Pachuca realizado por las artistas Carmina Orta, Victoria Akino, Susana Alejandre, Karina Gaspar y Áura ML.
Como bien se puede analizar, el muralismo ha sido parte de la historia de nuestro México que ha trascendido fronteras y en estos años en algunos casos ha servido como un grito de libertad por parte de artistas fincados en áreas conflictivas llámese barrios bravos, comunas, favelas, etc., ubicadas ya sea dentro o en las periferias de las grandes urbes.
Únicamente resta decir que continuemos apoyando a nuestros artistas locales y dándoles el impulso necesario para seguir brillando como nación cuna de mujeres y hombres de mentes libres y brillantes.
Correo: franco.hdez@gmail.com