Salvador Franco Cravioto
La historia de México es la del hombre que busca su filiación, su origen. (…) Nuestra soledad tiene las mismas raíces que el sentimiento religioso. Es una orfandad, una oscura conciencia de que hemos sido arrancados del Todo y una ardiente búsqueda: (…)…tentativa por restablecer los lazos que nos unían a la creación
Octavio Paz
¿De qué sirven los poetas? Sirven, como en el mito de Sísifo,
para subir la roca que ha de caerse, para sacar la flor de las cenizas,
para arrojar del corazón del hombre el desencanto
Jaime Sabines
La historia del hombre es la de la búsqueda de quién es, lo mismo que de rumbo y sentido a partir de lo que asume ser como ser dotado de consciencia. Y en esta búsqueda de matriz y destino los maestros espirituales configuran un papel sagrado a lo largo de toda la vida para muchas personas. Son ellos la brújula de consciencia y conciencia que nos ayuda a no perdernos y a la vez a comprender y practicar lo verdaderamente importante, impregnados somera o profundamente por el dejo de su sabiduría, muchas veces milenaria y siempre util para llevar una vida ética, feliz y con propósito.
Con independencia de la tradición religiosa o espiritual en particular con la que hayamos sido educados, la fuerza moral, ética y además para muchas mentes trascendente de estas enseñanzas bien vale ser tenida en cuenta en una época en que millones de seres humanos son seducidos por el nihilismo, el vacío existencial, la incertidumbre, el miedo, la desesperanza y otros tantos valores que, si bien son muy humanos, forman parte del espectro de lo que Albert Camus llamó el absurdo.
Y si bien lo religioso tiene que ver con lo espiritual, contrario sensu lo espiritual o trascendente no necesariamente tiene que ver con lo religioso, pero a veces, ni siquiera con lo metafísico. Por eso si bien por muchas razones podemos considerar como grandes maestros a Buda o a Jesus y sus respectivos linajes de maestros budistas o judeocristianos, lo mismo podemos reconocer la sabiduría más reciente pero no por eso menos profunda de otros grandes personajes sabios como Gandhi, Einstein, Carl Sagan, Galeano o Mujica -por poner algunos ejemplos-, más allá de su legado y de sus creencias y convicciones particulares sobre la vida, el cosmos o las sociedades humanas.
Vale la pena recuperar a Sócrates -el sabio mayor de la Grecia Clásica-, ágrafo e irónico conversador y un franco paradigma en la historia de la filosofía, quien en palabras de Cicerón “fue el hombre que hizo bajar la filosofía del cielo a la tierra”. Lo mismo a Lao Tse, quien en palabras de Luis Rutiaga “se nos presenta como el ideal de la perfección humana. (…)…el prototipo del hombre perfecto; que es a la vez santo y mago, místico y poeta, iluminado y hombre de ciencia, filósofo y líder espiritual. (…) La mera pronunciación de su nombre evoca la armonía de la vida humana con el Todo cósmico y con la realidad divina”. Por eso seguiremos hablando de estos y otros tantos iniciados a quienes someteremos al escrutinio para averiguar como maestros espirituales de todos los tiempos.
Continúa…